El siguiente artículo fue escrito por un
participante de la manifestación del primero de octubre que organizó el
movimiento Occupy Wall Street, y que se llevó a cabo en el Puente Brooklyn en
donde fue arrestado junto a más de 700 personas.
Recientemente el
Departamento de Policía de la Ciudad de Nueva York (NYPD) se ha destacado en
las noticias titulares debido a los constantes actos de brutalidad que ha
desatado en contra de las crecientes manifestaciones y ocupaciones que se
realizan en Wall Street y por todo el país.
Una semana
después de haber rociado infamemente con gas pimienta a manifestantes
pacíficos, el NYPD llevó a cabo detenciones masivas en el Puente Brooklyn. La
policía nos rodeó y detuvo a los setecientos manifestantes, incluyéndome a mi,
nos mantuvieron esposados por varias horas en medio de la lluvia y luego
presentaron una cantidad de cargos falsos en contra de nosotros.
Durante el
traslado hacia mi celda y en la carcel, me encontré en medio de conversaciones
acerca de la policía con el resto de los detenidos.
Las
conversaciones estaban claramente divididas, unos argumentaban que “nuestros
hermanas y hermanos” policías son personas “trabajadores comúnes” cuyas pensiones
están amenazadas por Wall Street, y que por lo tanto eran también parte del 99
por ciento”.
Algunas personas
dicen que la policía “simplemente cumple con su deber”. Esto es cierto, pero el
trabajo de policía no es cualquier empleo. Las instituciones represivas del
estado—los tribunales, la policía, el ejercito, las cárceles—existen
principalmente para proteger a la clase dominante del sociedad; en otras
palabras el 1 por ciento.
¿Cómo es posible
que el 99 por ciento pueda ejercer control sobre el 1 por ciento? ¿Por qué no
se han alzado las masas en contra del 1 por ciento para afirmar su derecho a
vivir libremente? Además de utilizar a la prensa y el sistema de educación para
diseminar mentiras que justifiquen al gobierno del 1 por ciento; el 1 por ciento
también recurre a utilizar la violencia y la intimidación con el fin de que el
99 por ciento nos mantengamos atemorizados.
Cuando no logras
completar el pago de tu alquiler o la letra mensual de tu casa, los dueños y
los bancos utilizan a la policía para desalojarte. Cuando los trabajadores
salen a la huelga, el 1 por ciento llama a la policía para imponer el orden.
Si el 1 por
ciento desea acabar con estas ocupaciones, no será Jamie Dimon, los hermanos
Koch, Rupert Murdoch o Mike Bloomberg los que vengan con sus garrotes y pistolas a desalojarnos.
¿Es la policía
parte de la clase trabajadora?
Es verdad que los
policías son asalariados como el resto de nosotros—es una realidad.
Pero los policías
entienden que su empleo incluye evitar que la población se subleve.
Su lugar se
encuentra en medio de las dos clases, administrando las crecientes divisiones
del capitalismo que no pueden solucionarse, con sus armas de fuego y sus
garrotes siempre apuntando en nuestra dirección.
Por otra parte
los soldados rasos en el ejército que únicamente prestan servicio por unos
años, através de la historia en diferentes ocasiones se han quitado sus
uniformes y se han pasado al lado de los trabajadores en grandes cifras. Los
agentes profesionales de la policía, que han elegido ser parte de un aparato de
represión, casi nunca lo han hecho.
Aprendamos de la
historia y de otros
Nosotros no somos
el primer grupo del 99 por ciento que se moviliza. Repetidamente la historia
nos ha mostrado que la policía ha sido utilizada para reprimir, infiltrar y
sabotear los movimientos populares. Desde el movimiento sindical de la primera
parte del siglo veinte, la radicalización de la Gran Depresión Económica, el
movimiento contra la guerra de Vietnam, hasta el movimiento de Liberación Negra
de los años 60s y 70s.
El tema que
estamos tratando es de suma importancia para el movimiento. Dentro de las
comunidades más pobres y oprimidas del país, el hostigamiento, la humillación y
la brutalidad por parte de la policía, son el pan de cada día. Los agentes del
orden público son los encargados de enviar al sistema penitenciario a millones
de jóvenes, especialmente en las comunidades latinas y negras. Para que el
movimiento Occupy pueda expandirse en dichas comunidades, se necesita estar
bien claro de esta realidad.
Aprendiendo de
nuestras propias experiencias
No fue una
casualidad que se detuvieron a 700 personas en el Puente Brooklyn. La
Partnership for Civil Justice Fund (Fundación de la Asociación de Justicia
Civil) entabló una demanda colectiva en contra del NYPD, en dicho documento se
describe la manera en que se emboscó a los activistas en el Puente Brooklyn
cómo “un esfuerzo premeditado, planificado, calculado y programado para sacar
de las calles a los manifestantes e interrumpir las protestas y el creciente
movimiento”.
Recientemente
periodistas investigadores han descubierto donaciones multimillonarias que
recibió el NYPD por parte de gigantescas compañías del sector financiero, tales
como J.P. Morgan Chase y Goldman Sachs. J.P. Morgan acaba de hacer el donativo
a la fundación de policías de Nueva York más grande de toda la historia — $4.6
millones en total. El Comisionado del la policía Raymond Kelly, le envió
diligentemente al Director Ejecutivo Jamie Dimo una carta expresando su “profunda
gratitud” por las donaciones/sobornos que dio su empresa.
En cada ciudad, las ocupaciones han recibido hostigamiento y
brutalidad policial. Si los policías
quieren ser considerados parte del 99 por ciento, solamente hay una manera: que
renuncien de sus puestos cómo los guardianes del 1 por ciento.