Cada junio la comunidad de lesbianas, homosexuales, bisexuales y transgéneros (LGBT) celebra la continua lucha por la igualdad y libertad plena. Este es el tiempo cuando evaluamos donde estamos como comunidad y movimiento, mirando hacia atrás y analizando pasadas luchas para planificar mejor las futuras victorias. En ese contexto recordamos indivíduos que han jugado un papel en el pasado—nuestros héroes y aliados al igual que nuestros enemigos.
En junio de 1969 la policía condujo una redada en el Stonewall Inn en la ciudad de Nueva York. Las redadas eran rutina en aquel tiempo; pero algo diferente sucedió aquella noche que cambió para siempre la forma como las lesbianas, homosexuales, bisexuales y transgéneros se vieron así mismos y como debían ser tratados por la sociedad.
En vez de aceptar el trato bruto, la humillación y el arresto por la policía, la comunidad LGBT peleó en defensa por tres días y noches arrancando parquimetros y removiendo ladrillos, defendiéndose de la autorizada violencia.
Esta rebelión encendió un movimiento global. En poco tiempo logró una enorme fuerza. Ese movimiento introdujo grandes cambios en la leyes y en la conducta social en Estados Unidos y alrededor del mundo. El “amor que no se atrevía a decir su nombre”, usando una frase escrita por el poeta Lord Alfred Douglas en 1894, “salió del closet” (reveló la orientación homosexual) para bien.
El surgimiento moderno del movimiento LGBT a finales de los 60 y principios de los 70 fue parte del gran levantamiento social en los Estados Unidos y alrededor del mundo. El movimiento de liberación de las mujeres estaba con todo el impetu, retando siglos de desigualdades y prácticas sexistas. Las luchas de las comunidades de negros, latinos, nativos y asiáticos contra la opresión racista forzaron concesiones de la clase gobernante abordando siglos de super explotación.
A lo largo del mundo, las colonias de los imperialistas planificaban su independencia, algunos tomando la ruta hacia el desarrollo socialista.
La clase dominante de Estados Unidos estaba acosada. Como todas las clases explotadoras, buscó controlar el levantamiento usando toda clase de tácticas para estabilizar la situación política. En algunos casos recurrió a extrema represión, como la campaña de COINTELPRO para destruir el partido de los Panteras Negras y otras organizaciones revolucionarias en la comunidad de afroamericanos y otras comunidades nacionalmente oprimidas. En otros casos recurrió a instituciones sociales como las basadas en religión que se oponen a los derechos reproductivos de la mujer. De todas maneras la clase dominante trató de destruir estos movimientos desviando la oposición lejos del enemigo real—la clase principal.
La clase dominante se lanza ferozmente
En 1977, ocho años después de Stonewall, en respuesta a los arrazadores cambios sociales hechos a favor de las comunidades LGBT, surgió algo como una cultura contra-revolucionaria. Esta oposición de extrema derecha lanzó el guante en el condado de Dade en Florida.
El 28 de enero de 1977, el gobierno local del condado pasó una ordenanza protegiendo la gente LGBT, contra la discriminación de vivienda, empleo y acomodaciones públicas. Comparado al estándar de hoy día, eso fué una modesta afirmación de los derechos de la gente LGBT a igual protección bajo la ley.
Anita Bryant fue blanco de ira y las protestas, por su campaña anti-gay en los años 70.
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Fuerzas sociales se opusieron a la igualdad de la gente LGBT, y se apegaron a Anita Bryant. Para mucha gente Anita Bryant es un nombre des conocido. Pero en aquel tiempo no había nadie en los Estados Unidos que no conociera su nombre. Ella era una celebridad bien conocida y muy bien pagada. Ella recibió $100.000 al año como representante de la Comisión Cítrica de Florida, organización que representaba los intereses del enorme negocio de agricultura que dominaba la Florida. Bryant adquirió los beneficios de beber jugo de naranja con el comercial cantando “Un día sin jugo de naranja es como un día sin luz de sol”. Ella ganó el segundo lugar en la competencia para Miss América en 1958, nació de nuevo cristiana quien profesía lealtad a muchas de las ideas y símbolos de la sociedad estadounidense que estaban siendo retados por los movimientos sociales de aquel tiempo.
Bryant formó un grupo llamado “Salvemos Nuestros Niños,” cuya intención era anular la ordenanza en el condado de Dade. Así ella era quien hablaba representando el movimiento contra los derechos civiles de la comunidad LGBT en el despertar de la Rebelión de Stonewall. En el curso de esa lucha, ella vino a representar las fuerzas sociales que se oponían al progreso de la gente LGBT, igualmente de las mujeres y de todos los trabajadores.
Apelando a principios morales atrazados con base religiosa, Bryant citaba de la biblia la “abominación” de la homosexualidad y la necesidad de defender “nuestros” niños de la supuesta decadencia del estilo de vida homosexual. Bryant falsamente trató de poner la lucha por igualdad de derechos LGBT contra otros movimientos sociales que luchaban por la igualdad, diciendo que los homosexuales demandaban “derechos especiales”. Bryant y su horda de derechistas fingiendo preocupación por los niños insultó la comunidad LGBT.
Habían sido solamente dos años que los profesionales psiquiátricos quitaron la homosexualidad del listado de enfermedades mentales.
Sin embargo las cortes rutinariamente quitaban los niños a las lesbianas basados solamente en que la madre era lesbiana calificándola de inapropiada como madre. Una bien financiada campaña dirigida por Bryant y SOC, colectó más de 60.000 firmas para poner a votación en el referéndum del 7 de junio la revocación de la ordenanza en el condado de Dade.
El condado de Dade fue el campo nacional de batalla por los derechos LGBT. Bryant fue en una gira nacional de conferencias, patrocinada por derechistas opositores a los derechos de los homosexuales. Donde fuera que ella estaba, la comunidad LGBT y sus aliados se movilizaban contra ella. La comunidad LGBT inició un boicot nacional contra el jugo de naranja de la Florida para poner presión a las corporaciones que le daban prominencia y un cheque de pago.
Derrota impulsa nueva ofensiva
El 7 de junio de 1977, la campaña de los derechistas triunfó derrotando la ordenanza anti-discriminación ganada, con 200.000 contra y 90.000 a favor. La derrota tuvo el efecto opuesto en el movimiento LGBT al que esperaba la clase dominante.
En vez de regresar al closet, las personas LGBT y aliados hicieron manifestaciones en todo el país. El desfile anual realizado a finales de junio después de la votación se volvió militante en protesta contra las discriminadoras reglas.
Al mismo tiempo la derrota de la comunidad LGBT en el condado de Dade envalentonó reaccionarios y las fuerzas contra los homosexuales. El año siguiente las leyes contra la discriminación fueron anuladas en St. Paul, Minnesota y en Wichita, Kansas.
A lo largo de la lucha contra el movimiento LGBT, las líneas trasadas eran bien marcadas. En marzo de 1978, mientras hablaba en Decatur, Illinois, Bryant estaba “protegida” por miembros del Ku Klux Klan. El significado de esta alianza no pasó desapercibida en las fuerzas progresistas y anti-racistas.
Decenas de miles salen a las calles cada junio para exigir los derechos LGBT. Aquí, la Ciudad de Nueva York, el 25 de junio, 2006
Photo: Nicholas Roberts/AFP/Getty Image
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En el curso del año, la comunidad LGBT aumentó la lucha. Hubo una marcha para el “Día de las Madres Lesbianas” en Seattle en defensa de lesbianas y sus hijos. Cuando Bryant apareció en Atlanta en junio, más de 4.000 personas llegaron oponiéndose a ella. Los derechistas hicieron el campo de batalla en California en las siguientes elecciones con la Proposición 6 en 1978, patrocinada por el senador estatal John Briggs. Si hubiera sido aprobada la proposición 6 hubiera prohibido ser maestros en el sistema escolar de California a los homosexuales y lesbianas. Hubiera requerido el despido de maestros homosexuales o cualquier maestro que favoreciera la homosexualidad en una forma que atrajera la atención de los trabajadores de la escuela y de los estudiantes.
La iniciativa no solamente era un ataque a la comunidad LGBT, sino al movimiento laboral también.
Los sindicatos y la comunidad LGBT, formaron una coalición progresista para derrotar la iniciativa. En noviembre del 1978, la proposición 6 fué derrotada con 61% de los votantes que dijeron “No a la Prop 6”. En Seattle también fue derrotado un referéndum contra los homosexuales. Después de dos años de derrotas electorales el movimiento LGBT fue capaz de hacer retroceder a los discriminadores.
Derribando la puerta del closet
Un año más tarde en octubre de 1979, la primera marcha en Washington por los derechos LGBT tomó lugar. Más de 100.000 personas se virtieron en las calles. Hasta este día, este escritor recuerda con piel de ganso, haber caminado las calles de Washington, D.C., con decenas de miles de otros gays y lesbianas, sabiendo que cualquier muestra de discriminación o violencia sería enfrentada por la solidaridad de un movimiento social imparable.
El oleaje se ha volteado. La puerta del ropero se ha arrancado de las bisagras.
¿Pero qué pasó con Anita Bryant? En 1979, la Comisión Cítrica de la Florida, calladamente decidió no renovar su contrato. Su identificación fuertemente anti homosexual y su asociación con grupos racistas como el Klan, junto con el boicot al jugo de naranja, hizo de ella una posible pérdida económica para los dueños de negocios de agricultura. Su carrera de cantante, artista, animadora también se fue en picada.
Aunque Anita Bryant es ahora una nota oscura en la historia de movimiento LGBT, las experiencias de ese período sentaron las bases para los logros que la comunidad LGBT ha ganado desde 1979 al presente y continuará en el futuro.
Una nota más. En 1998, el condado de Dade pasó una medida prohibiendo la discriminación basada en orientación sexual. En 2002, un esfuerzo por anular la medida por referendum fué derrotada por el 56% de votos.