En enero, el Partido Socialismo y Liberación públicamente anunció su primera intervención en las elecciones. Nuestros candidatos para la presidencia y la vicepresidencia son Gloria La Riva, líder sindicalista, y Eugene Puryear, estudiante activista. Frente a nosotros tuvimos enormes impedimentos, reglas estatales complicadas para el acceso a la contienda, diseñadas para mantener a los candidatos independientes fuera de la candidatura; dificiles costos financieros para un partido obrero; y, los medios de comunicación masivos que intencionalmente mantienen a los voces de la izquierda—especialmente a los revolucionarios marxistas—fuera de su circulación. Sin embargo, a nuestro lado estaba un ejército de organizadores socialistas, aliados y amigos, motivados por una energía sin límites y la voluntad de luchar, y por ideas genuinas de liberación: acabar con la explotación capitalista, el racismo y toda clase de prejuicios. Lanzamos nuestra campaña para tener una voz revolucionaria que hable por la clase trabajadora y contrarrestar el bagaje propagandístico de las elecciones capitalistas. Sabemos que las elecciones en el capitalismo son una práctica de manipulación, pero más de cien millones de trabajadores y estudiantes progresistas están pendientes en las elecciones de este año. El PSL se convirtió en una verdadera alternativa para el estatus quo. Después de varios meses de árduo trabajo, el PSL se aseguró entrar en las listas de 12 estados—más estados que cualquier otra organización socialista de los EEUU. La lista del PSL de La Riva/Puryear logró estatuto de candidatura en New York, New Jersey, Rhode Island y Vermont al noreste; Arkansas, Florida y Louisiana en el sur; Iowa y Wisconsin en el medio occidente; y Colorado, Utah y Washington al occidente. En general, los candidatos del PSL aparecerán en las listas electorales y serán expuestas a cerca de un 30 por ciento de los electores de los Estados Unidos. Este logro no fue fácil de conseguir. Tuvimos que superar las barreras complejas para las listas electorales en casi todos los estados. Los miembros y aleados del PSL recogieron un total de 45.000 firmas de peticiones para entrar a las listas electorales. Solamente en el estado de New York, en el transcurso de seis semanas, 14 horas diarias, el PSL recogió cerca de 30.000 firmas. Reclutamos cerca de 100 electores y tuvimos convenciones estatales en todo el país. Peleamos en contra de tormentas, tornados y el huracán Gustavo en Louisiana para llegar a las listas electorales. No solamente tuvimos candidatos nacionales para presidente y vicepresidente, sino también 10 candidatos para el congreso, a nivel estatal y local en Washington, D.C., Florida, Chicago, South Dakota y California. Todos los candidatos, abiertamente corrieron como miembros del PSL; todos tuvieron una cobertura significativa en los medios locales de comunicación y apoyo de las personas progresistas. Dos candidatos del PSL para el Consejo de Supervisores del Condado de Los Ángeles obtuvieron entre los dos 53.000 votos en sus listas. ‘El pueblo sí, las ganancias no’ Al contrario de los candidatos capitalistas, quienes dicen cualquier cosa por ganarse al electorado, nuestro objetivo es forjar un movimiento. El PSL no es un partido de políticos profesionales. Somos activistas y organizadores revolucionarios, somos líderes obreros. Nuestra campaña levantó la bandera socialista en todo lugar donde hemos estado este último año. Hemos sido los portavoces principales de la causa y la lucha de la clase trabajadora. Nuestra consigna guía: “El pueblo sí, las ganancias no” alcanzó a decenas de millones de personas. Los medios de comunicación, otras vías independientes y sitios del Internet cubrieron la campaña del PSL La campaña de La Riva/Puryear permitió que el PSL hablara a los trabajadores en la arena que exclusivamente está reservada para los representantes de la clase capitalista. Utilizamos las elecciones como una manera de exponer las profundas contradicciones del capitalismo y las instituciones racistas inherentes al mismo. Al contrario de los candidatos republicanos y demócratas, la campaña del PSL, representó los intereses de la clase trabajadora en todos los asuntos. También luchamos en las calles, foros y hicimos escuchar nuestras posiciones en debates. Algunas de las demandas resaltadas por la campaña del PSL fueron: la creación de trabajos sindicalizados para los desempleados, acabar con los despidos, alzar el sueldo mínimo a $15 dólares la hora, y la necesidad de tener un plan de salud universal de alta calidad y gratuíto, vivienda y educación para todos. Nuestros candidatos se organizaron en contra de la epidemia de la brutalidad policiaca racista, los crímenes, y los puntos de chequeo tipo militar; en contra de las instigaciones antipandilleras, que tienen como objetivo oprimir a los jóvenes en las ciudades y los pueblos de los EEUU. En Washington, D.C., la campaña se opuso a los puntos de chequeo policiales y el cerco de una parte del vecindario Trinidad que es primordialmente afro-americano. Nuestros voluntarios mantuvieron su presencia constante en los puntos de chequeo. En el Sur de California, los candidatos del PSL usaron sus campañas locales para condenar varias de las instigaciones racistas contra las pandillas que apuntaban contra las comunidades negras y latinas. Intervinieron en foros del varios ayuntamientos, se unieron a protestas y se destacaron por ser los únicos candidatos que desafiaron las fuerzas represivas. En la ciudad de New York, la campaña de La Riva/Puryear recogió testimonios sobre la tendencia del acoso, el abuso y la brutalisación a las comunidades oprimidas por parte de la policía. Con encuentros frecuentes en las calles para hacer visible su esfuerzo, los voluntarios de la campaña grabaron, filmaron, transcribieron y publicaron todas las historias sobre abuso policial que lo veían como parte del predicamento general del estado capitalista. Nuestra campaña celebró las victorias del matrimonio del mismo sexo y marchó en los desfiles de Orgullo demandando derechos completos e igualdad para la comunidad LGBT. Los candidatos del PSL denunciaron con fuerza la onda de redadas racistas de trabajadores inmigrantes, demandaron legalización y derechos iguales para todos. Luchamos para detener la ejecución de Troy Davis; y luchamos para que los afro-americanos consigan las reparaciones. La campaña La Riva/Puryear viajó a la parte centro occidental del país cuando las inundaciones destruyeron miles de hogares. Gloria La Riva y otros candidatos del PSL junto con los trabajadores ayudaron a colocar costales de arena para detener el crecimiento del agua. La campaña La Riva/Puryear fue a Louisiana en el tercer aniversario del Huracán Katrina para solidarizarse con las personas que aún están luchando por obtener vivienda adecuada y servicios sociales. Nuestra campaña exige la construcción de New Orleans para los trabajadores y los pobres; desafiamos el racismo prevalente en contra de los residentes Africanos Americanos. En New Orleans estuvimos una vez más con las organizaciones de base cuando el Huracán Gustavo amenazaba con más destrucción. La demanda por que se ponga inmediatamente fin a las guerras criminales contra Irak y Afganistán fue central en nuestra campaña. Los candidatos del PSL organizaron y participaron en manifestaciones masivas en el sexto aniversario de la guerra agresiva de los Estados Unidos contra Irak. Nuestra campaña demandó que los Estados Unidos salga del Medio Oriente, justicia para los palestinos y el derecho de los refugiados palestinos a regresar a su tierra y que se acabe con la agresión imperialista de los Estados Unidos en todo el mundo. La campaña exigió la libertad de heróicos presos políticos como Leonard Peltier, Mumia Abu-Jamal y los Cinco Cubanos. Gloria La Riva y otros fueron arrestados enfrente de la Casa Blanca en defensa de los Cinco. Luchamos para participar en los debates y foros capitalistas—y también protestamos afuera de los lugares donde se realizaban. Como millones de trabajadores perdieron sus hogares, la campaña La Riva/Puryear, exigió resueltamente que se haga un moratorio a las reposesiciones de casas y en los desalojos. Este asunto urgente nunca será tratado de una manera adecuado por los políticos burgueses. La vivienda decente debería ser un derecho para todos. Cuando los bancos y prestamistas gigantes sucumbieron en septiembre, Obama y McCain defendieron sin descansar un minuto a la clase capitalista. Su grito unido era: “Rescatar a los banqueros de la Wall Street” y que los “trabajadores se hundan”. A pesar de la furia masiva en contra del rescate, los dos candidatos principales de las corporaciones no se conmovieron. Hace mucho tiempo que ellos ya habían jurado administrar los intereses de la clase dominante de los Estados Unidos. Nosotros expusimos al rescate como un robo sin paralelo a los trabajadores. Los candidatos del PSL lideraron demostraciones, charlas, y otras acciones militantes. “¡Rescaten a los trabajadores no a los bancos!” fue nuestra consigna. Más que nada, la campaña del PSL demandó la urgente necesidad de construir el socialismo—la reconstrucción de la sociedad defendiendo los intereses de la clase trabajadora. Los trabajadores tienen todo que ganar al eliminar al estado caduco, represivo, discriminador y tan odiado. El socialismo acaba con la ganancia privada y reconstruye la sociedad para satisfacer las necesidades de la gente.
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