Los trabajadores hoteleros escalan su lucha contra las corporaciones gigantes

El 24 de septiembre, 200 trabajadores simpatizantes y miembros de la comunidad fueron arrestados en Chicago, conjuntamente con cien en San Francisco cuando estaban realizando actos de desobediencia civil coordinada en las dos ciudades.

UNITE HERE organizó a los manifestantes, 900 protestaron en Chicago y 1.700 en San Francisco. Fue la dramática culminación de un mes de piquetas debido a negociaciones de contratos atrasadas con los gigantes industriales Starwood, Blackstone Group y Hyatt Hotels. Los contratos de cerca de 10 mil trabajadores de hotel, servicio de alimentos y trabajadores de casinos de Chicago y de 9 mil de San Francisco se vencieron en agosto.

Estas manifestaciones, militantes y bien organizadas, han servido para elevar la lucha del sindicato con respecto a las negociaciones del contrato, en un momento en el cual los gigantes hoteles están utilizando la crisis económica como pretexto para cortar logros ganados en el pasado.

En su totalidad, la industria hotelera ha ganado $200 mil millones en ganancias entre el 2002 y el 2008, y muchas compañías incluso obtuvieron cuantiosas ganancias durante los dos primeros trimestres del 2009. Los patrones de las corporaciones, sin embargo, quieren exprimir aun más ganancias de aquellos que han sido afectados duramente por la crisis económica—los trabajadores.

Los trabajadores de la UNITE HERE Local 1 en Chicago y Local 2 en San Francisco lo saben muy bien. Están luchando por mantener los estándares que han sido obtenidos a base de duras luchas, por ejemplo: que no se retroceda con que el empleador pague el 100 por ciento de las primas para la salud.

Su manifestación del 24 de septiembre, sin embargo, obtuvo un carácter cualitativamente diferente que una protesta cuyo objetivo es mantener ganancias colectivas estandarizadas en ramas que ya están sindicalizados. Los miembros y organizadores de UNITE HERE comprenden la fuerza que se consigue cuando se construye una lucha nacional contra los principales conglomerados que dominan la industria hotelera. Consecuentemente, ellos están utilizando su poder para ayudar la lucha de los trabajadores hoteleros en ramas que no están sindicalizados.

Los patrones hoteleros están en la ofensiva

El 31 de agosto, los hoteles Hyatt abruptamente despidieron a todo su personal de limpieza—ahora conocido como “los 100 de Hyatt”—de tres locales no sindicalizados del área de Boston, muchos de ellos trabajaban más de 20 años para Hyatt.

La compañía contrató a Hospitality Staffing Solutions, cuyos trabajadores deben trabajar el doble por la mitad del salario del personal despedido. Es evidente el racismo y el sexismo subyacente a la super-explotación tanto del Hyatt como de Hospitality Staffing Solutions: El personal de limpieza en los tres hoteles, como mucho del personal de limpieza en toda la nación, está compuesto primordialmente de mujeres inmigrantes.

La alegación de Hyatt de problemas financieros debido a la crisis económica no es nada más que una mentira oportunista. De acuerdo a UNITE HERE, la compañía tuvo $1,3 mil millones en ganancias entre el 2004 y el 2008, y está sentado sobre una montaña de $1,2 mil millones en efectivo a los de agosto.

Desde ese entonces, UNITE HERE ha lanzado una campaña nacional para que “los 100” regresen a sus puestos de trabajo; dicha campaña ha ganado considerable apoyo. La Asociación de Taxistas de Boston ha enviado una carta a Hyatt afirmando que no prestarán servicios en sus localidades de Boston hasta que devuelvan sus puestos de trabajos a los 100. Hasta el gobernador de Massachusetts, Deval Patrick, ha sido presionado por la lucha. Ha iniciado un boicot al Hyatt por los empleados del estado.

El 23 de septiembre, una delegación dirigida por Ángela Norena, una de las empleadas despedidas por Hyatt, y 20 trabajadoras de la limpieza del área de Chicago confrontaron a la directora del Hyatt Hotel, Penny Pritzker, en el Hotel Sheraton Chicago y Towers, donde ella estaba dando una charla. Por arrogancia o por miedo—o tal vez por una combinación de las dos—rehuzó escuchar las preocupaciones de Norena.

La multimillonaria Pritzker, cuya familia es dueña del 85 por ciento de los hoteles Hyatt, fue el director financiero nacional de la campaña presidencial de Barack Obama y se pensaba que seria su selección principal para secretario de comercio.

Lucha persistente obliga a que Hyatt retroceda

La lucha de cerca de un mes contra el Hyatt alcanzó su punto culminante cuando las acciones de desobediencia civil de UNITE HERE en Chicago y San Francisco del 24 de septiembre levantaron la causa de los trabajadores en Boston. Las dos manifestaciones se realizaron frente a los hoteles Hyatt.

Un día después de los arrestos dramáticos de los 300 manifestantes, Hyatt fue obligado a tomar un paso significante cuando anunció que facilitarán un proceso de reempleo de los 100 trabajadores por medio de otro subcontratador y continuará pagándoles sus salarios completos, así como sus beneficios hasta el 2010.

Estas son medidas parciales que el sindicato, correctamente, rechazó aceptar. Sin embargo, sigue siendo importante que un gigante multimillonario como Hyatt haya sido obligado a volverlos a emplear en los hoteles no sindicalizados, gracias a las acciones de trabajadores sindicalizados en ciudades a miles de millas de distancia.

Los trabajadores en Chicago y San Francisco están heroicamente arriesgando a ser arrestados para preservar sus propios contratos y para que se organicen a los trabajadores no sindicalizados. Por medio de la unidad y la solidaridad, están demostrando el camino a seguir en esta lucha contra los patrones en época de crisis económica.

Los patrones de las corporaciones están intentando convertir la crisis económica en un club para hacer retroceder las ganancias ganadas por generaciones de luchas laborales. Es hora de que los trabajadores se levanten en una lucha unificada contra la clase capitalista—los dueños no son nada más que parásitos que hacen ganancias—y que los trabajadores tomen el control.

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