Foto: El secretario de estado Antony Blinken en la rueda de prensa del 13 de septiembre. Captura de pantalla de YouTube del Departamento de Estado de EE. UU.
El 1 de octubre, Gmail se unió a una larga lista de servicios en prohibir el acceso a su plataforma al medio de comunicación independiente y panafricanista African Stream. Esta medida se adoptó tras el discurso pronunciado el 13 de septiembre por el secretario de estado de Estados Unidos, Antony Blinken, quién ha intensificado la guerra de información contra los medios de comunicación antiimperialistas en África. Blinken acusó por su nombre al medio African Stream, con sede en Kenia, de ser un vehículo de propaganda controlado por Rusia. African Stream, que tenía millones de seguidores en las redes sociales, entre ellos más de 900,000 en TikTok y más de 800,000 en Instagram, ha sido vetado de todas las plataformas propiedad de Meta, así como de TikTok y YouTube.
Blinken afirmó que Russia Today “gestiona en secreto la plataforma en línea African Stream, a través de una amplia gama de plataformas de redes sociales”, y agregó, “Ahora, según el sitio web del medio African Stream es, y cito, ‘una organización panafricana de medios digitales basada exclusivamente en plataformas de redes sociales, centrada en dar voz a todos los africanos tanto en casa como en el extranjero’. En realidad, la única voz que otorga es a los propagandistas del Kremlin”.
Sin embargo, el gobierno estadounidense no ha proporcionado pruebas verificables de tales afirmaciones.
‘Agentes extranjeros’, un repetido refrán
La declaración del Departamento de Estado sitúa el ataque contra African Stream junto a otros ataques similares en contra de diversos medios de comunicación independientes y antiimperialistas de todo el mundo. En la sesión informativa del 13 de septiembre también se incluyeron ataques contra RED Media, alegando que el medio era responsable de organizar protestas pro Palestina en Alemania. Específicamente en el último año un sinnúmero de medios de comunicación independientes, así como periodistas y activistas, se han visto restringidos, censurados y obstaculizados en su acceso a las principales plataformas de comunicación.
Estas tácticas en sí mismas no son nuevas: hay una larga historia en Estados Unidos de caza de brujas racista y anticomunista, con los principales medios de comunicación tradicionales, como el New York Times, a la vanguardia de estas acusaciones. Desde 2016, y la completamente desacreditada teoría conspirativa de ‘Rusia-gate’ (que alega que Rusia interfirió en las elecciones presidenciales de 2016) , cualquier vínculo, incluso sin fundamento, con los llamados “medios estatales rusos” se ha utilizado como arma para silenciar las voces y los medios de comunicación que son críticos con la política de Estados Unidos.
Más recientemente, el foco de la guerra de información de Estados Unidos se ha desplazado a China, reavivando la acusación de que ciertos periodistas y activistas son, en realidad, secretamente agentes extranjeros de una potencia hostil. Históricamente, dentro de los Estados Unidos la Ley de Registro de Agentes Extranjeros (Foreign Agents Registration Act, FARA) se ha desplegado como una herramienta legal para restringir las operaciones de ciertas empresas de medios de comunicación, , especialmente desde 2017, cuando Russia Today, CCTV, Sputnik entre otros medios fueron obligados a registrarse como agentes extranjeros, una designación que no se impuso, por ejemplo, al Comité de Asuntos Públicos Estados Unidos – Israel (American Israel Public Affairs Committee , AIPAC) o a los think tanks financiados por el Estado del Golfo.
A medida que se acercan las elecciones presidenciales en Estados Unidos, se está preparando el terreno para un segundo “Rusia-gate”, o quizás un “China-gate”, dependiendo del resultado en noviembre. A principios de año, Rossiya Segodnya, la empresa matriz de Russia Today, fue objeto de nuevas sanciones estadounidenses. Dos empleados de RT fueron acusados el mes pasado en el marco de la FARA, continuando con esta escalofriante tendencia. Estas acciones legales están sentando un precedente que puede y será extendido a todo tipo de medios de comunicación que sean críticos con el gobierno de Estados Unidos en cualquier parte del mundo.
Los monopolios tecnológicos extienden el poder de EE. UU.
Lo más preocupante de estos ataques contra African Stream es que representan una expansión de la guerra de información estadounidense y de los poderes que ostentan los monopolios tecnológicos con sede en Estados Unidos. El control dictatorial que los capitalistas tecnológicos ejercen sobre el flujo de información en todo el mundo es posible gracias al poder monopolístico de estas corporaciones.
Hay muy pocas alternativas viables para la comunicación de masas en el siglo XXI, pero desde Twitter a YouTube, pasando por el conjunto de plataformas de Meta, las plataformas de comunicaciones y las redes sociales de las que dependen miles de millones de personas en todo el mundo pueden ser desactivadas, silenciadas o bloqueadas al antojo de un grupo de estadounidenses millonarios.
Lo que significa en la práctica es que el gobierno de Estados Unidos puede librar una guerra de información completamente fuera de su propia jurisdicción legal. ¿Por qué un medio de comunicación con sede en Kenia, como African Stream, debe estar sujeto a restricciones basadas en leyes, sanciones y fines políticos estadounidenses? ¿Por qué 1,500 millones de africanos de todo el continente deben ver restringido su acceso a la información, solo por el capricho del Departamento de Estado en Washington?
Además de las prohibiciones de acceso a las redes sociales y otros medios digitales, Wikipedia ha sido utilizada como arma en esta campaña de desacreditación contra African Stream. A partir del 1 de octubre, la primera frase mencionada en la página de Wikipedia de la plataforma señala: “African Stream es un medio de comunicación en línea, que se describe como una fachada de las operaciones rusas de desinformación, aunque se presenta como una ‘plataforma panafricana de medios digitales que cubre asuntos relacionados con los africanos en el país y en la diáspora’”.
Wikipedia ha sido un campo de batalla en la guerra de información durante años. La enciclopedia es editada por miles de voluntarios — sin embargo, es el pretexto perfecto para que sea coartada por cualquiera con los recursos para contratar a personal pueda ejercer un control narrativo, desde la ultraderecha y el establishment del Partido Demócrata hasta agencias de inteligencia —. Wikipedia es la primera fuente de información de referencia para cientos de millones, sino miles de millones, de personas en todo el mundo.
Una de las finalidades de discursos, como el de Blinken del 13 de septiembre, así como de la campaña de desprestigio que precedió al discurso de Blinken en los principales medios de comunicación durante el verano, es proporcionar “referencias” que den un aire de credibilidad para promover reportajes por periodistas (o, en este caso, a los editores de Wikipedia) que puedan citarlas como pruebas sin tener evidencia real.
África en la mira
El ataque contra African Stream va más allá que la reciente Guerra Fría contra Rusia y China. África está creciendo rápidamente, en términos de población, economía e influencia mundial. Históricamente, el imperialismo estadounidense ha intentado aplastar cualquier atisbo de movimiento panafricanista que pudiera unir y desarrollar el continente en sus propios términos y superar así el subdesarrollo forzado del colonialismo y el neocolonialismo.
Desde la década de 1990, en la era de la hegemonía unipolar estadounidense, los medios de comunicación panafricanistas y antiimperialistas han sido ignorados por las fuerzas imperialistas al ser considerados irrelevantes. Esta nueva oleada de ataques en todos los frentes contra esos medios independientes y de orientación socialista da cuenta de la amenaza que los movimientos populares representan para el imperialismo en el siglo XXI. En un artículo del medio Black Agenda Report, el periodista nigeriano y fundador de West Africa Weekly, David Hundeyin, afirmó que este ataque significa que “algo estamos haciendo bien”.
“El trabajo de African Stream y de otros medios de comunicación independientes y panafricanistas está logrando abrir un camino tras décadas de propaganda extranjera y aumentar la conciencia independiente de la nueva generación de jóvenes africanos del continente y de la diáspora expertos en Internet”.