Dos años después de la derogación de Roe v. Wade, y tres años desde la implementación del proyecto de ley de “recompensas” SB 8 de Texas en 2021, la evidencia da cuenta de lo que muchos activistas habían previsto : un aumento masivo de las muertes tanto de madres como de bebés.
El Instituto de Políticas de Equidad de Género reportó un aumento de 56% en muertes vinculadas con embarazos (definido como la pérdida de vida debido a complicaciones relacionadas con el embarazo o agravada por condiciones relacionadas con el embarazo) en Texas entre 2019 y 2022, mientras las tasas nacionales aumentaron un 11 % durante el mismo periodo. Esto representa un incremento significativo en una tendencia ya preocupante de un aumento de muertes relacionadas con el embarazo en el estado.
En Texas también se registran tendencias preocupantes en salud infantil. Un análisis reciente encontró que la mortalidad infantil en Texas ha aumentado un 13%, luego de la aprobación de ley SB 8. En 2022, el estado tuvo 2,240 muertes infantiles, frente a las 1,985 del año anterior.
Gran parte de esteaumento puede atribuirse al aumento de muertes causadas por anomalías congénitas –condiciones gravesque son tratables si servicios de aborto estuvierandisponibles. Entre el 2021 y 2022, Texas vio un aumento significativo en muertes infantiles por las anomalías congénitas, creciendo por 22.9%. Esto contrasta con el resto de Estados Unidos, donde hubo una disminución del 3,1% en dichas muertes durante el mismo período.
En síntesis, SB 8 ha exacerbado la crisis ya existente e en el sistema de salud de Texas, y ahora una persona embarazada está obligada a continuar su embarazos de alto riesgo hasta el término, frecuentemente con poco acceso a atención médica prenatal –especialmente en lugares rurales – mientras vemos un aumento en condiciones crónicas como la hipertensión y diabetes, que contribuyen a complicaciones con el embarazo.
En varios casos, las personas están obligadas a seguir su embarazo por varios meses, a pesar de saber que es improbable que su embarazo resulte en un bebe saludable. “En cada uno de estos embarazos, se trata de una persona embarazada que tuvo que permanecer embarazada durante 20 semanas adicionales”, explicó la Dra. Erika Werner, jefa de obstetricia y ginecología del Centro Médico Tufts, en una entrevista con NBC News. Este periodo prolongado no solo pone la salud de la madre en riesgo, sino que también añade al trauma emocional a una situación ya devastadora.
Mientras los Republicanos encabezaron SB 8, pasándolo debajo del pretexto de proteger la vida, los resultados revelan que es una política sociales que atenta contra las vidas. Personas en Texas son negadas el acceso a atención médica que , y las crecientes tasas de muertes relacionadas con embarazos muestran cuán letales han sido estas llamadas políticas “provida”. Legisladores republicanos continúan persiguiendo su agenda ideológica, mostrando casi nula consideración del costo humano de sus decisiones.
Por otro lado, los demócratas han fallado en proteger los derechos reproductivos. A pesar de controlar el Congreso y la Casa Blanca del 2020 a 2022, no tomaron ninguna acción significativa para salvaguardar los derechos de aborto a un nivel federal. Muchos dentro del partido han usado el asunto de aborto como una manera de conseguir apoyo o cínicamente recaudar millones de dólares en fondos de campaña, sin la implementación de soluciones concretas legislativas para garantizarl el acceso al aborto en la ley.
Este fracaso pone de relieve cómo los dos principales partidos políticos, solo sirven a sus propios intereses, y a los de la clase dominante, en lugar de a los de las y los trabajadores. Los derechos reproductivos son usados como una moneda de cambio, en vez de una necesidad médica, y los republicanos y demócratas han explotado este asunto para su propia ganancia política.
En luz de esta creciente crisis, es claro que pequeñas reformas no son suficientes. La gente necesita apoyo médico reproductivo sin restricciones, para prevenir aumentos en la mortalidad materna e infantil. Acceso a servicios de aborto universal sonesenciales para mejorar estos resultados, particularmente en estados como Texas, donde las leyes restrictivas exacerban la crisis.
Donald Trump ha vacilado con el tema del aborto, reconociendo que las prohibiciones contra el derecho de aborto son muy impopulares, pero no quiere enajenar una parte de su base que sí apoya estas prohibiciones.
Kamala Harris promete que “restaurará” Roe V Wade, pero esto no es suficiente. Hasta antes de la anulación de Roe, las leyes de la derecha y la anarquía del comercio libre hicieron que el aborto sea inaccesible para millones de mujeres, con la creación de barreras, tales como costo y regulaciones restrictivas, que sacaron a los proveedores fuera del negocio. Como firme oponente de la medicina socializada (por ejemplo, Medicare para todos), el mejor escenario de Harris para el acceso alaborto sería dejar ac millones sin cobertura médica, quiénes no tienen seguro médico,emitidos, y personales en localidades rurales sin acceso al aborto. Pero eso supone que Harris siquiera tiene intención de cumplir con esta promesa, a pesar de negarse a proteger o codificar el acceso al aborto en cualquier momento durante los últimos cuatro años.
En contraste, la campaña de Claudia De la Cruz y Karina García ofrece una solución transformativa que cumple con la escala del problema que “[a]borto debería estar disponible sin restricciones y proporcionado sin costo para que las mujeres y toda la gente tenga el derecho a controlar sus propios cuerpos”. A diferencia de los republicanos o los demócratas, que creen que el “libre mercado” (corporaciones monopolísticas) deberían determinar quién recibe atención médica, la campaña de Claudia/Karina exige que las 100 corporaciones más grandes (incluidos los gigantes farmacéuticos) sean confiscadas y puestas bajo control público para el bien común.
¿Cualquiera que sea el resultado en noviembre, deberíamos de preguntarnos, cómo se puede lograr cambios duraderos? La respuesta es la movilización masiva. El pueblo debe unirse en demandar, no solo la restauración de los derechos del aborto, pero una tranformación total del sistema de salud. Debemos luchar por un sistema socialista que valore el bienestar público y acceso a la salud para todas y todos, lo que es esencial para asegurar la libertad reproductiva y que cada persona tenga control sobre su cuerpo. Solo mediante la acción colectiva podemos lograr un futuro en el que la salud sea un derecho universal y las vidas humanas se valoren por encima de las ganancias corporativas.