Foto: Voluntarios de Hatuey entregan suministros médicos en un hospital pediátrico de La Habana. Crédito: Amanda Yee
El 20 de mayo, activistas estadounidenses del Proyecto Hatuey, en colaboración con IFCO/Pastores por la Paz, desafiaron el bloqueo estadounidense al entregar medicamentos contra el cáncer y otros suministros y equipo médicos en dos hospitales pediátricos de Cuba. La primera entrega llegó al Hospital Pediátrico Juan Manuel Márquez de La Habana el 21 de mayo. Al día siguiente, la delegación de 20 personas viajó a la provincia de Santa Clara para llevar más medicamentos y suministros vitales al Hospital Pediátrico José Luis Miranda. Ambos hospitales tratan a niños con leucemia y otros tipos de cáncer.
En total, las dos entregas médicas equivalieron a más de 60.000 dólares, y el proceso de obtención de todos los medicamentos y suministros llevó casi un año, según la directora y coordinadora del Proyecto Hatuey, Gloria La Riva.
Delegaciones anteriores de Hatuey habían viajado a Cuba para llevar vitaminas prenatales y medicamentos a maternidades, así como 40.000 libras de material de construcción en 2022, después de que el huracán Ian devastara la provincia de Pinar del Río unos meses antes.
“Estamos aquí para demostrar al pueblo cubano que no está solo”, declaró La Riva en una rueda de prensa celebrada el 20 de mayo en el Instituto Cubano de Amistad con los Pueblos, en La Habana. “Unidos somos mucho más fuertes, y unidos vamos a romper el bloqueo. No podemos dejar a Cuba, siempre estaremos de su lado”.
El bloqueo como guerra económica
A pesar de proporcionar asistencia sanitaria gratuita y de alta calidad a su pueblo, el acceso de Cuba a estos medicamentos vitales está gravemente restringido debido al bloqueo económico que Estados Unidos ha impuesto a la isla durante décadas. El bloqueo no solo impide el comercio de medicamentos con Cuba, sino también prohíbe la transferencia de las materias primas, la ciencia y la tecnología para que Cuba produzca estos medicamentos por sí misma.
La escazes de suministros médicos se agravó aún más después de que Trump designara nuevamente a Cuba como un Estado Patrocinador del Terrorismo en 2021, lo cual creó obstáculos adicionales para que las organizaciones humanitarias pudieran hacer su trabajo en el país. La mayoría de las instituciones financieras, temerosas de las acusaciones de apoyo al terrorismo y de ser golpeadas con fuertes tarifas, han congelado fondos o se han negado a procesar pagos cubanos, y hoy en día se les exigen licencias adicionales a estas organizaciones humanitarias.
El bloqueo genocida contra Cuba existe desde 1962 y es un acto de guerra económica. Su propósito es matar de hambre y estrangular a la población, con el propósito de que el pueblo cubano dirija sus frustraciones contra el Partido Comunista y derroque al gobierno socialista.
El gobierno estadounidense ha declarado explícitamente esta táctica de cambio de régimen: en un memorándum del Departamento de Estado de abril de 1960, el Subsecretario de Estado Adjunto para Asuntos Interamericanos, Lester D. Mallory, admitió que la mayoría del pueblo cubano apoyaba a Fidel Castro, que “no existía una oposición política efectiva” y que, como tal, “el único medio previsible de alienar el apoyo interno es a través del desencanto y la desafección basados en la insatisfacción y las penurias económicas.” La solución entonces, según el memorando, era “[hacer] las mayores incursiones para negar dinero y suministros a Cuba, disminuir los salarios monetarios y reales, provocar hambre, desesperación y el derrocamiento del gobierno.” Tal ha sido esta política durante más de 60 años.
Cada año, desde 1992, la Asamblea General de las Naciones Unidas vota sobre la necesidad de poner fin al bloqueo estadounidense. Y cada año, la ONU vota abrumadoramente a favor de su condena, con sólo Estados Unidos e Israel oponiéndose a la resolución no vinculante.
La solidaridad no tiene fronteras
Las condiciones de vida derivadas del bloqueo son actualmente peores que nunca. Cuba no sólo se enfrenta a una escasez extrema de medicamentos, sino también de alimentos, harina y combustible. Los cortes de electricidad son cada vez más frecuentes.
Fue en estas graves circunstancias que los médicos y funcionarios cubanos acogieron a la delegación y las entregas médicas.
“Creo que estamos atravesando uno de los momentos más difíciles del Sistema Nacional de Salud”, lamentó el Dr. Aldo Grandal, del Ministerio cubano de Salud Pública, en la conferencia de prensa. “Estamos sumamente agradecidos por lo que [los miembros del Proyecto Hatuey] han hecho posible”.
“El Estado cubano realmente destina considerables recursos a la medicina cubana (…) que, hoy en día, nos resulta bastante difícil adquirir en el extranjero debido al bloqueo”, continuó Grandal. “Si pudiéramos comerciar con Estados Unidos, estos recursos nos costarían mucho menos”.
La delegación de Hatuey demostró que Cuba no está sola, y que la solidaridad internacional puede atravesar incluso los criminales bloqueos estadounidenses.
Como dijo un médico del Hospital Pediátrico Juan Manuel Márquez al recibir la entrega médica: “Han sido capaces con este acto de demostrar que no existe frontera que no se pueda atravesar cuando se tiene buenas intenciones.”
Para apoyar futuros envíos médicos a Cuba, done hoy al Proyecto Hatuey.