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Todo el mundo observó al gobierno estadounidense acelerando los envíos de municiones, sus portaaviones más avanzados y sus aviones de combate más avanzados a Israel para poder librar una guerra genocida contra dos millones de palestinos atrapados en Gaza.
Esta no es solamente una guerra israelí, sino es una guerra de Israel y EE.UU. Washington también es criminal culpablede genocidio. Es totalmente e igualmente responsable por cada muerte, cada mutilación y todo el sufrimiento fomentados por las bombas que suministra y que Israel lanza.
A pesar del lenguaje que usan para justificar esta intervención, Washington no tiene una preocupación humanitaria por las vidas judías. El gobierno estadounidense está sosteniendo la fuerza representante más importante que tiene para mantener su control deMedio Oriente después de que el heroico levantamiento palestino que sigue en curso expuso las debilidades de dichorepresentante.
$260 mil millones en ayuda estadounidense
Israel es un país pequeño con una población aproximadamente igual a la de la ciudad de Nueva York. Unos nueve millones viven dentro de la zona isrealí delimitada por la Línea Verde–7 millones de judíos, dos millones de palestinos–y aún así es el país que más ayuda ha recibido de los Estados Unidos desde la segunda guerra mundial. Desde entonces , Israel ha recibido más de $260 mil millones, la mayoría en ayuda militar, más $10 mil millones más para sistemas de defensa antimisiles como el Domo de Hierro, el cual fue eludido por el levantamiento palestino.
Este dinero no es para el desarrollo. Es para librar la guerra contra gobiernos progresistas y luchas por la liberación en la región, especialmente de los palestinos. Israel es un puesto fronterizo estratégico del imperialismo occidental, y especialmente estadounidense, y lo ha sido desde su creación. Es esencial para el imperio de Washington. La gran expansión militar del Pentágono, con más de 700 bases alrededor del mundo, se hizo en gran parte para controlar el petróleo del Medio Oriente, e Israel les ayuda. Por esta razón es que las administraciones demócratas y republicanas tal vez puedan diferir en muchas cosas, pero nunca en su apoyo por Israel.
¿Cuál es la historia?
Palestina estaba en el centro de lo que Occidente llama el Medio Oriente, el vínculo entre los continentes de África, Asia y Europa, y una de las zonas más ricas en petróleo en el mundo. Este hecho no pasó desapercibido por Washington cuando se convirtió en la nueva potencia mundial después de la segunda guerra mundial. En 1944, un memorando del Departamento de Estado se refiere al petróleo del Medio Oriente como “una fuente estupenda de poder estratégico, y uno de los mayores premios materiales en la historia del mundo.” Para poder apropiarse de este premio, EE.UU. ayudó a pasar la resolución de la ONU dividiendo Palestina en un estado sionista y un estado arabe, dandoles a las autoridades sionistas el control de 54% de la tierra cuando los colonos judíos eran una tercera parte de la población. Por lo mismo, en 1948, cuando los sionistas tomaron el 77% de Palestina a través de matanzas como Deir Yassin y expulsando unas 700,000 personas de sus hogares, EE.UU. fue el primer gobierno en darles reconocimiento diplomático. La motivación imperialista para poblar Israel con refugiados del holocausto en Europa no fue para darles un lugar seguro a los judios, sino para usarlos para poblar un puesto de avanzada y enfrentarlos contra la población indigena cuando fuera necesario. Los fundadores sionistas de Israel aceptaron este arreglo. A partir de 1951, solo tres años después de la formación de Israel, el Primer Ministro David Ben Gurion señaló:
“Fortalecer Israel ayuda a las potencias occidentales a mantener el equilibrio y la estabilidad en el Medio Oriente. Israel va a actuar como vigilante. No existe temor de que Israel tome alguna política contra los estados árabes cuando eso directamente contradeciría los deseos de EE.UU. y de Gran Bretaña. Pero si por alguna razón las potencias occidentales a veces prefieren cerrar los ojos, se podría confiar en Israel para castigar uno o varios de los estados vecinos que hayan cometido una descortesía más allá de lo permitido contra Occidente.” (Ha’aretz, 30 de septiembre 1951).
La muerte de cada palestino y cada judío hasta hoy en día en el llamado “conflicto -árabe-israelí” es dada a este arreglo fundamental del establecimiento de Israel principalmente como un guardián para el imperialismo, con el imperialismo estadounidense y sus clientes sionistas siendo completamente responsables.
A finales de los años 50 y en los años 60, una ola de anticolonialismo recorrió el Medio Oriente. Tropas egipcias lucharon junto a sus hermanos y hermanas yemeníes contra Gran Bretaña. Siria y Egipto tomaron medidas para fusionar sus dos países, reflejando el deseo revolucionario del pueblo árabe para unirse en contra del imperialismo. Los gobiernos en Siria y en Egipto, que en ese entonces eran progresistas, se fusionaron, y en 1966, el gobierno sirio anunció sus planes para nacionalizar Taplin, el oleoducto que atravesaba el país, y era propiedad de las empresas estadounidenses .
Para los años 60, Wall Street estaba ganando miles de millones de dólares en beneficios del petróleo árabe, y 60% de ese petróleo alimentó la guerra del Pentágono contra la gente de Vietnam. A Washington no le agradaba la posibilidad de que la gente de la región recuperará sus recursos.
En 1958, Washington mandó a la marina de EE.UU. a Líbano para prevenir que un movimiento de la clase obrera tomara el poder. Washington no quería volver a enviar tropas estadounidenses. Quería estar disponible para conquistas en otros lados, como en Vietnam. Quería que una fuerza representante que se encargará de luchar por las petroleras en el Medio Oriente.
En junio de 1967, Israel libró la llamada “Guerra de los Seis Días” un ataque contra Egipto, Siria y Jordania. Como hoy en día, el Pentágono armó a los israelíes con armas sofisticadas incluyendo el napalm, el equivalente del fósforo blanco de los años 60, que se usó ampliamente. La guerra terminó con Israel como ocupante de los Altos del Golán de Siria, la Península del Sinaí de Egipto y Cisjordania y la Franja Gaza, que eran parte de la Palestina histórica.
Después de esa guerra, el Departamento de Estado de EE.UU. escribió en un memorando, “Israel probablemente ha hecho más por EE.UU. en el Medio Oriente en relación con el dinero invertido y esfuerzo realizado que cualquiera de nuestros llamados aliados y amigos en cualquier parte del mundo desde el final de la segunda guerra mundial. En el Extremo Oriente, no alcanzamos a que nos ayude casi nadie en Vietnam. Aquí los israelíes ganaron la guerra ellos solos, eliminando esa carga para nosotros, y han favorecido sus intereses y los nuestros.” (U.S. News and World Report, 19 de junio de 1967.)
Israel sigue desempeñando este papel hasta hoy en día.
Un asesino para EE.UU. en Latinoamérica, Asia
EE.UU. depende de Israel no sólo para reprimirlas luchas por la liberación en el Medio Oriente. Convirtió a Israel en un socio menor en su complejo militar-industrial para poder exportar armas y entrenar algunas de las fuerzas más reaccionarias y asesinas en el mundo. Ofrece lo que el Pentágono llama “ayuda práctica,” donde EE.UU. no quiere estar tan involucrado y ensuciarse las manos.
Israel ha armado a regímenes reaccionarios en Myanmar, Ruanda, Sudán del Sur, Haití, y siempre mantuvo estrechos vínculos con el apartheid sudafricano.
La lista de fuerzas y gobiernos reaccionarios a los que Israel ha suministrado, entrenado y asesorado dentro de lo que Washington considera de manera condescendiente “su patio trasero,” que incluye Argentina, Bolivia, Brasil, Colombia, Costa Rica, la República Dominicana, Ecuador, El Salvador, Guatemala, Haití, Honduras, Nicaragua, Panamá, Paraguay, Perú, y Venezuela. (Al Jazeera)
Pero no es solamente la venta de aviones, pistolas y armas que caracteriza la presencia Israelí en Latinoamérica.
Israel sobresale en asesorar, entrenar y manejar operaciones de inteligencia y de contrainsurgencia en los conflictos más sangrientos y brutales de Latinoamérica en Argentina, El Salvador, Guatemala, Nicaragua, y Colombia.
Entrenó y armó el ejército ultra reaccionario salvadoreño en los años 80 contra la lucha por la liberación, apoyó el gobierno militar antisemita argentino a finales de los años 70 y a principios de los años 80 cuando ese gobierno fue involucrado en una guerra de escuadrones de la muerte y desapariciones. Todo esto fue para beneficiar a Wall Street.
Israel armó y entrenó a la odiada dictadura de Somoza en Nicaragua, que eventualmente fue derrocada a mano del levantamiento popular de 1978. Los israelíes y EE.UU. habían estado suministrando armas a Somoza durante años. Pero cuando el presidente Jimmy Carter asumió su puesto en 1976, ordenó la suspensión de estas ayudas a Nicaragua. Entonces, Israel inmediatamente aumentó el suministro de armas a Somoza hasta que huyó del país cuando los Sandinistas tomaron el poder.
¿Qué es Israel en realidad? Alexander Haig, secretario de Estado de EE.UU. en 1981-1982, lo puso de forma concisa cuando dijo “Israel es el portaaviones mas grande de EE.UU. en el mundo y no puede ser hundido, no lleva ni un soldado estadounidense, y se encuentra en una región crítica para la seguridad nacional de EE.UU.”
Saboteando una solución de los dos Estados
Los Acuerdos de Oslo, firmados por Israel y la Organización de Liberación de Palestina en 1993 en la Casa Blanca, aunque fueron controvertidos entre los palestinos, ofrecieron alguna esperanza de un estado palestino. Pero Israel violó el acuerdo inmediatamente con el robo continuo de tierra en Cisjordania, el establecimiento de cientos de controles limitando la circulación de los palestinos ahí, y los repetidos bombardeos en Gaza y su asedio durante 17 años, y muchas otras violaciones.
Miles de páginas han sido escritas sobre los abusos de los derechos humanos cometidos por Israel durante este periodo. EE.UU. nunca estuvo interesado en un estado palestino verdaderamente independiente porque sería un desafío para el imperialismo. Washington miró para otro lado o culpó a los palestinos por resistir la opresión israelí. EE.UU. hasta le ha dado cobertura a la opresión israelí. Desde 1972 Washington ha emitido un veto en el Consejo de Seguridad de la ONU 53 veces para bloquear resoluciones que criticaban las acciones de Israel. Este apoyo general fomenta más agresión israelí.
La resistencia palestina expone la vulnerabilidad de Israel
EE.UU. le ha dado a Israel las armas más sofisticadas en su arsenal durante mucho tiempo, y pensó que era invencible. Pero la penetración que logró la rebelión palestina de las defensas de alta tecnología suministradas por EE.UU. ha expuesto la vulnerabilidad fundamental de este estado colonial. Las armas por si solas no pueden detener al pueblo palestino decidido a conquistarsu libertad. Con EE.UU. abiertamente apresurado a ayudar a un Israel debilitado, la resistencia también ha descubierto el hecho de que EE.UU. no es un árbitro imparcial en la lucha en el Medio Oriente, como le gusta decir. Israel es una creación de EE.UU., diseñada para servirles a los intereses de EE.UU. y mantenida con impuestos estadounidenses.