El presidente francés Emmanuel Macron ha declarado que Francia retirará de inmediato a su embajador y personal diplomático de Níger, y que los 1.500 soldados franceses estacionados en Níger serán retirados en las próximas semanas, con una retirada total “para finales de año”. Este importante acontecimiento sigue a las movilizaciones masivas que exigen que Francia respete la decisión del nuevo gobierno del país de expulsar a las tropas. El nuevo gobierno militar llegó al poder en julio después de derrocar al expresidente nigerino Mohamed Bazoum y cuenta con un considerable apoyo popular, especialmente en lo que respecta a su oposición a la dominación francesa.
El Jefe del Estado Mayor del Ejército Francés, el General Pierre Schill, describió la dinámica en el Sahel en 2022 diciendo: “Nos estamos acostumbrando a ser los estadounidenses en esta coalición”. Al igual que la “Guerra contra el Terrorismo” liderada por Estados Unidos, las campañas militares francesas en el Sahel, aparentemente llevadas a cabo por una “coalición” de países gobernados por gobiernos neocoloniales, solo han tenido éxito en causar horribles bajas civiles y mantener a estos países en un estado de caos y dependencia, sin lograr en absoluto los objetivos públicamente declarados de “combatir el terrorismo”.
Francia ha mantenido tropas desplegadas en todo el Sahel desde que comenzó las supuestas operaciones contra el terrorismo, Serval en 2013, seguida por la Operación Barkhane. A pesar de una década de operaciones militares, los objetivos declarados de la campaña de Francia, que son milicias fundamentalistas religiosas de extrema derecha asociadas de diversas maneras a redes transnacionales como Al-Qaeda y el autodenominado Estado Islámico, no han sido derrotados, mientras que cientos de civiles en Níger, Mali y otros estados del Sahel han sido asesinados por las fuerzas francesas.
Dada esta realidad, agravada por los siglos de colonialismo y neocolonialismo que los estados de África Occidental han experimentado a manos de Francia, no es sorprendente que Níger sea el último de una serie de golpes de Estado que han remodelado significativamente la geopolítica de África Occidental. En los últimos años, gran parte de la región ha virado hacia una postura anti colonial debido a las políticas de estos nuevos gobiernos y a la movilización de la población de la región.
Burkina Faso siguió a Mali al expulsar a las tropas francesas a principios de este año, y fuerzas populares, líderes militares y nuevos gobiernos en toda la región están aprovechando la maduración de un equilibrio global multipolar. Burkina Faso, Mali y Níger solidificaron un pacto regional y de defensa, estableciendo la Alianza de los Estados del Sahel (AES) la semana pasada. La AES señala una cooperación mutua entre las tres naciones independientemente de la Comunidad Económica de los Estados de África Occidental (CEDEAO) y la Unión Africana, las cuales son criticadas por actuar en nombre de Francia, Estados Unidos y otros intereses capitalistas occidentales. El presidente de la CEDEAO y presidente de Nigeria, Bola Ahmed Tinubu, dio marcha atrás en las amenazas unilaterales de una invasión militar, pero el bloque regional no ha levantado las sanciones impuestas a Níger. La CEDEAO tiene una larga historia como agente del neocolonialismo, que incluye conductas brutales durante conflictos regionales como la Guerra Civil de Liberia en la década de 1990.
Si los franceses son “los estadounidenses en esta coalición”, ¿cuál es el papel del imperialismo estadounidense en relación con el neocolonialismo francés? Níger alberga una de las bases de drones más grandes del mundo, una instalación de un cuarto de mil millón de dólares cerca de Agadez, Níger. Estados Unidos también mantiene una base aérea cerca de la capital nigerina, Niamey, y ambas instalaciones forman parte de la red más amplia de instalaciones construidas para apoyar el Comando Africano del Pentágono, conocido como AFRICOM. Establecido en 2007, el crecimiento de AFRICOM refleja el papel crítico que los planificadores de guerra estadounidenses ven que desempeña el continente africano en el siglo XXI.
A pesar de la firme postura anti-francesa y a favor de la soberanía del nuevo gobierno nigerino, el ejército de Estados Unidos ha informado que las negociaciones con el nuevo gobierno de Níger han permitido que Estados Unidos reanude las operaciones de drones y aeronaves tripuladas desde la base aérea de Agadez. Si esto representa un acuerdo momentáneo o una acomodación a más largo plazo aún está por verse.
A pesar de la afirmación de Francia de que el depuesto presidente Mohamed Bazoum es la única “autoridad legítima”, la creciente presión popular del pueblo nigerino junto con el nuevo gobierno militar demuestra claramente lo contrario. Si bien la dirección de los eventos futuros es, por supuesto, incierta, los nigerinos han expresado claramente su oposición a la dominación colonial de su país. La expulsión de las tropas francesas y del embajador francés es una gran victoria en esta lucha.
