En el primer referéndum desde que la Corte Suprema anuló el caso Roe contra Wade y terminó con el derecho al aborto en todo el país, los votantes de Kansas han acudido a las urnas para defender categóricamente el derecho al aborto.
Kansasianos inundaron las cabinas de votación. La participación electoral presencial matutina fue 250% más alta que las elecciones primarias de mitad de mandato de 2018. Por su parte, los votos por correo se duplicaron. Con el 76% de los votos escrutados, más del 60% dijo “No” a la medida que buscaba eliminar de la constitución estatal las protecciones del aborto. Se trata de una gran victoria para el movimiento por el derecho al aborto en Estados Unidos, lo que ocurre justo un mes después de la decisión Dobbs de la Corte Suprema, que no sólo anuló el derecho al aborto, sino que significó un ataque de gran envergadura a los derechos democráticos en el país.
En Kansas, la lucha en la calle fue impulsada por la determinación de un sinnúmero de voluntarios y activistas encabezados por Kansianos por la Libertad Constitucional (Kansans for Constitutional Freedom), una coalición de organizaciones de todo el estado por el derecho al aborto. Militantes del Partido por el Socialismo y la Liberación se unieron a muchos otros que alentaron a las personas a votar “No” en el referéndum, haciendo puerta a puerta, llamando a personas noche tras noche y difundiendo su mensaje en las redes sociales.
El rechazo de Kansas a este programa de extrema derecha en contra del derecho al aborto es una victoria para todo el movimiento Una vez más, esto demuestra que la élite y la Corte Suprema antidemocrática, junto con la ultraderecha reaccionaria financiada por los multimillonarios, no representan a la mayoría de la población. La mayoría apoya el derecho al aborto. Esta victoria servirá de inspiración para el resto del país a medida que surjan más batallas en defensa del derecho al aborto. Estado por estado, ciudad por ciudad, localidad por localidad.
La importancia de esta victoria en Kansas no se puede sobreestimar. Desde 1964, el estado ha votado por los republicanos en todas las elecciones presidenciales y, durante mucho tiempo, ha sido un campo de batalla por el derecho al aborto. En la década de 1990, Operación Rescate, una organización antiabortista de extrema derecha, famosa por utilizar tácticas de terror contra médicos y mujeres, lanzó la campaña “Verano de la Misericordia” en Wichita. Durante seis semanas, Operación Rescate bloqueó clínicas de aborto y acosó a mujeres y médicos, convirtiendo el aborto en un punto de debate nacional y preparando las bases para que los políticos antiabortistas ganaran popularidad. En 2009, un vigilante antiabortista asesinó al Dr. George Tiller, un conocido proveedor de servicios de aborto en Wichita que había sido blanco de la Operación Rescate y otros terroristas antiabortistas durante décadas.
Por otra parte, la victoria de este referéndum deja en evidencia la superficialidad y falsedad de la imagen política de los “estados rojos,” los que las publicaciones liberales de élite y los líderes del Partido Demócrata caracterizan de reaccionarios. Por ejemplo, un libro muy influyente, “What’s the Matter with Kansas?” (“¿Qué le sucede a Kansas?”), sostenía que el Partido Demócrata había perdido a la clase trabajadora de Kansas por “cuestiones sociales” como el aborto y los derechos de los homosexuales. Durante años, los estrategas demócratas usaron este argumento de justificación para complacer a la derecha y restar importancia a los derechos de las mujeres y la comunidad LGBTQ. Finalmente, podemos enterrar este argumento que siempre se ha basado en pruebas poco sólidas. Co n ello, podemos y debemos emprender un vigoroso movimiento para ampliar y defender el derecho al aborto en los 50 estados de Estados Unidos como una cuestión básica de autonomía, respeto y democracia.
Desde las urnas a las campañas de presión y protestas callejeras, cada batalla en defensa del derecho al aborto es una parte fundamental de una lucha más amplia para defender los derechos democráticos en Estados Unidos. La Corte Suprema pretende hacernos retroceder a finales de 1700. El pueblo de Kansas ha hablado con voz fuerte y clara, haciendo eco al canto de protesta de los últimos meses: ¡No volveremos atrás!