El 11 de mayo, el Senado de Estados Unidos votó en contra de la Ley de Protección de la Salud de la Mujer por una margen de votación de 49 a 51. La WHPA (como se conoce en Ingles) habría legalizado el aborto, eliminando el papel de la Corte Suprema en la cuestión del aborto y anulando la decisión pendiente de la Corte Suprema, cuyo borrador ya se ha filtrado a los medios de comunicación.
Los dirigentes del Partido Demócrata son responsables de esta catástrofe porque se negaron a defender enérgicamente el derecho al aborto y los derechos de las mujeres durante las dos últimas décadas. No era una prioridad para ellos. Sólo defendieron el derecho al aborto de boquilla para conseguir votos. Ahora, millones de mujeres están perdiendo el control sobre sus propios cuerpos. La culpa no es sólo de Joe Manchin. Los dirigentes demócratas sólo han visto el derecho al aborto como una moneda de cambio en la política burguesa y capitalista.
Nancy Pelosi, la líder de los demócratas en la Cámara de Representantes, ha insistido en que el apoyo al derecho al aborto no debe ser una “prueba de fuego” para los candidatos demócratas. En los últimos días incluso fue a Texas para apoyar la campaña de Henry Cuellar, que se opone al derecho al aborto, contra un aspirante más progresista que apoya el derecho al aborto.
Esto indica claramente que a los dirigentes del Partido Demócrata les importa un comino el derecho al aborto. Están jugando a la política y utilizando el tema del aborto para recaudar fondos y movilizar a los votantes para las elecciones de mitad de período, mientras fallando en preservar el derecho fundamental al aborto. No es la primera vez que esto ocurre.
En 2009 y 2010, los demócratas no tenían una escasa mayoría en el Senado, sino una enorme mayoría. Cincuenta y nueve senadores eran demócratas, y un independiente votó con la bancada demócrata. En esa misma legislatura, los demócratas tenían una amplia mayoría en la Cámara de Representantes, y acababan de elegir como presidente a Barack Obama, que gozó de una inmensa popularidad en sus dos primeros años. También entonces, los demócratas podrían haber aprobado leyes como la Ley de Protección de la Salud de la Mujer, que habría consagrado el derecho al aborto para siempre.
El 14 de mayo se dio acabo protestas de gran escala en apoyo del derecho al aborto iniciadas por Planned Parenthood. Además de apoyar el derecho al aborto en general, el mensaje de los organizadores del 14 de mayo se centro en votar por el Partido Demócrata en las próximas elecciones de mitad de mandato. Esto es una cortina de humo y un escudo para el papel del Partido Demócrata en la destrucción del derecho al aborto. Aunque Planned Parenthood está interfiriendo en el insidioso papel del Partido Demócrata en permitir que se destruya el derecho al aborto, no hay razón para centrar un ataque político en otra organización que no sea el propio Partido Demócrata. Planned Parenthood proporciona muchos servicios médicos de vital importancia, no sólo el aborto y anticonceptivos, sino también una importante atención preventiva, así como la atención de transición para las personas transgénero; la organización está siendo atacada por las fuerzas derechistas antiabortistas de todo el país.
La campaña del Partido Demócrata debe entenderse como una estrategia perdedora. De hecho, es un ejercicio fraudulento. La historia reciente demuestra claramente que incluso cuando el Partido Demócrata controla todas las ramas del gobierno, no se ha preocupado lo suficiente por el derecho al aborto como para asegurar que la legislación sobre el derecho al aborto se convierta en la ley del país.
Se lanzará un movimiento militante de masas en defensa del derecho al aborto. Este movimiento tiene que exponer el fracaso del Partido Demócrata para montar adecuadamente una defensa del derecho al aborto. De hecho, el Partido Demócrata debe ser considerado responsable de la catástrofe que se está imponiendo a las mujeres, a las niñas y a todas las personas que necesitan acceder a un aborto seguro y legal.