Ha salido a la luz nueva información condenatoria sobre el desprecio sistemático por las víctimas civiles en los ataques aéreos estadounidenses contra Siria. Un informe del New York Times reveló la existencia de una unidad militar estadounidense llamada Talon Anvil (yunque de garra), responsable de identificar los objetivos de los ataques aéreos.
Talon Anvil dirigió más de 112.000 bombas y misiles entre 2014 y 2019, aparentemente contra ISIS, pero en muchos casos solo asesinó a civiles sirios. El nuevo informe está relacionado con un artículo anterior que mostró cómo el ejército estadounidense encubrió la muerte de 64 civiles sirios.
La investigación también reveló que varios funcionarios de inteligencia expresaron alarma sobre cómo Talon Anvil carecía de supervisión y que los principales comandantes ocultaban las preocupaciones. Las decisiones sobre quiénes iban a ser bombardeados podían ser tomadas por miembros de bajo rango de la unidad, y Talon Anvil atacaba con frecuencia sobre la base de inteligencia cuestionable sin confirmación sobre la presencia de no combatientes. Cada año de la operación de la unidad se vio un aumento en las víctimas civiles.
Los altos mandos militares como el general Stephen J. Townsend ignoró el creciente número de muertos, esencialmente sancionando estos asesinatos manteniendo a Talon Anvil en funcionamiento activo. En 2016, el general Townsend asumió el mando general de la guerra de Estados Unidos contra ISIS y cambió de táctica para acelerar los ataques. Para lograr esto, otorgó a los comandantes de bajo nivel en el terreno la autoridad sobre las decisiones de selección de objetivos. Townsend ahora es el jefe del Comando de África del ejército de los EEUU (AFRICOM).
En un discurso de 2016, el presidente Obama afirmó en referencia a Siria: “Con nuestra extraordinaria tecnología, estamos llevando a cabo la campaña aérea más precisa de la historia. … Por eso, cuando hay denuncias de víctimas civiles, las tomamos muy en serio. Trabajamos para encontrar los hechos, ser transparentes y responsabilizarnos por hacerlo mejor en el futuro”. Pero en realidad, a lo largo de la operación de Talon Anvil, el ejército de los EEUU mató rutinariamente a civiles inocentes con impunidad y descuidó cualquier responsabilidad por tal sufrimiento. La imagen de Estados Unidos como el ejecutor global de los derechos humanos y la democracia queda expuesta como una farsa total por el verdadero costo de la guerra en Siria.
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