Reimpreso de Breaking the Chains.
Mito 1: Criminalizando el aborto lo para y salva vidas.
La Realidad: Criminalizando el aborto no para ni reduce los números de abortos. Nada mas hace los abortos más peligrosos. No es “pro-vida”, hasta causa más dolor y muerte.
Los números de aborto son aproximadamente los mismos en países donde son legales e ilegales. El Instituto Guttmacher reporta que en el 2017 la proporción de aborto en países que prohíbe o limita el aborto fue 37 por 1.000 personas y en países donde el aborto es legal, la proporción de aborto fue 34 por 1.000.
En países donde el aborto es legal y disponible, es uno de los procedimientos más seguros. Donde no es legal, no es seguro. 47.000 mujeres mueren cada año de complicaciones por abortos hechos donde el aborto es un crimen, abortos seguros son inasequible o abortos que son hechos por gente sin entrenamiento en áreas antihigiénicos. De 4,7 hasta 13,2% de muertes maternales son por abortos inseguros según La Organización Mundial de la Salud.
Hasta bajo las circunstancias más restrictivas, los que tienen recursos para pagar pueden comprar un aborto. Si el aborto es criminalizado en los Estados Unidos la clase obrera y mujeres pobres, las que menos tienen el privilegio de huirse de su trabajo y familias para viajar a un lugar donde el aborto es legal, quedaran con la pequeña opción de elegir abortos ilegales y peligrosos, arriesgando dolor y muerte.
Mito 2: El aborto es “vergonzoso” y un “último recurso”
La Realidad: El aborto no es una transgresion moral. Es un procedimiento medico necesario que no debe llevar un estigma, y una parte esencial de la salud reproductiva.
Aborto es uno de los procedimientos más comunes en los Estados Unidos. Casi un tercio de mujeres estadounidenses han tenido uno antes de los 45 años. El Colegio Americano de Obstetras y Ginecologos y siete otras sociedades médicas ven el aborto como un “servicio médico esencial.” Ellos dicen que la incapacidad de obtener un aborto puede tener impactos profundos y de largo plazo en la salud y bien-estar de la vida de una persona.
Además de determinar si tener hijos o cuándo, las razones para buscar un aborto pueden incluir la falla de la anticoncepción, las barreras para el uso y el acceso a la anticoncepción, la violación, el incesto, la violencia de la pareja íntima, las anomalías fetales, la enfermedad durante el embarazo y la exposición a medicamentos o toxinas ambientales que causa anomalías fetales. Hay complicaciones del embarazo que pueden ser tan graves que el aborto es la única medida para preservar la salud de la mujer o salvarle la vida.
La Asociación Estadounidense de la Salud Pública explica que “negar, retrasar e impedir el acceso al aborto aumenta el riesgo de lesión o muerte de una mujer”. Agrega que “el aborto no debe ser tratado de manera diferente a otras medidas de salud”. Es un “derecho fundamental esencial para la vida de las mujeres, para la salud de la población y para promover la igualdad de ingresos, los derechos de las mujeres y la libertad individual de las mujeres”.
Incluso las personas que se oponen públicamente al aborto pueden darse cuenta de repente de lo esencial que es cuando ellos o sus familiares lo necesitan. Trabajadores de las clínicas de aborto donde se realizan protestas contra el aborto dicen que no es raro que una manifestante se meta en la clínica a lo escondido para hacerse un aborto para ella, para su hija o para una amiga (Activista de la salud de la mujer, marzo/abril de 2016).
Mito 3: Toda gente religiosa son contra el aborto.
La Realidad: Mucha gente religiosa y grupos de fe apoyan el derecho al aborto. Vincular la religión a la causa contra el aborto es una excusa para atacar a los derechos de las mujeres.
El único punto de vista religioso que recibe publicidad es el punto de vista minoritario de que se deben detener todos los abortos. Pero muchas personas y grupos religiosos apoyan abiertamente el aborto. La “religión” se ha convertido en una cortina de humo para una corriente extrema que está utilizando los cuerpos de las mujeres como escenario para hacer retroceder los logros de las mujeres, la clase trabajadora, las personas oprimidas, las personas transgéneras y las personas no conformes con el género.
Más de la mitad de las pacientes que abortan tienen creencias religiosas. La mayoría de judíos (70 %), musulmanes (51 %), budistas (69 %), hindúes (62 %), unitarios universalistas (83 %), protestantes de la corriente principal (59 %), protestantes negros (56 %) y católicos romanos blancos. (52%) apoya el acceso legal al aborto en todos o la mayoría de los casos.
Muchos grupos religiosos están activamente a favor del aborto, a menudo citando su fe como la razón. Entre estos se encuentran la Coalición Religiosa por la Elección Reproductiva, el Consejo Nacional de Mujeres Judías y Católicas por la Elección. Texas Freedom Network tiene 30 Congregaciones de Libertad Reproductiva que se comprometen a apoyar los derechos reproductivos completos, incluido el aborto, y no avergonzar a nadie que tenga un aborto.
Hay una larga historia de apoyo religioso al aborto. Hace cincuenta años, antes de que el aborto fuera legal, el Servicio de Consulta del Clero al Aborto desafió la ley. En su altura, 3.000 miembros del clero en 38 estados ayudaron a 450.000 mujeres a obtener abortos seguros.
Mito 4: El aborto no es politico. Es algo muy privado y algo que no debemos hablar.
La Realidad: El aborto es un tema profundamente político que debe ser planteado públicamente porque no es un derecho garantizado, sino algo por lo que debemos luchar constantemente para ganar.
Un aborto practicado en el cuerpo de una persona es ciertamente privado y personal. Sin embargo, relegar el aborto a un ámbito privado e indiscutible mantiene a las mujeres aisladas unas de otras cuando se necesita apoyo y solidaridad.
Silenciar a las mujeres silencia a los verdaderos expertos en aborto: los que los tienen, podrían necesitarlos o los que se les negaron. Deja el campo político abierto a autodenominados “expertos” como las fuerzas antiaborto que avergüenzan a las mujeres y que hablan públicamente en cada oportunidad.
Fairness and Accuracy in Reporting (FAIR) hizo una encuesta de las personas a las que los principales medios de comunicación presentaban cuando el aborto estaba en las noticias. Un 65% fueron entrevistados por su experiencia legal y un 8% por su experiencia médica. Solo el 7% tenía experiencia personal con el aborto y la mitad de ellos eran políticos. Solo el 2% fueron entrevistas con mujeres que habían abortado.
Las personas que abortan pueden dar una imagen real del impacto social de las leyes contra el aborto en las mujeres y otras personas de clase obredora que se benefician de los abortos como una forma de atención de la salud reproductiva. Las leyes contra el aborto ponen en peligro la salud, reducen los ingresos y hacen la vida más difícil.
El aborto legal se ganó a través de acciones masivas donde las mujeres se pronunciaron, exigiendo sus derechos en voz alta, públicamente y en cada oportunidad. Esta es la mejor defensa del derecho al aborto.
Mito 5: La derecha nadamas esta contra el aborto.
La Realidad: Fuerzas derechistas se oponen a otras formas centrales de la salud reproductiva como la educación sexual y el control de la natalidad para las mujeres. Piden la penalización del aborto espontáneo.
Los enemigos del aborto se oponen a la cobertura de anticoncepción para las mujeres en los planes de seguro de salud de sus empleadores y están en contra de la educación sexual en la escuela secundaria que enseña cualquier cosa que no sea la abstinencia sexual. Buscan controlar y regular los medios de reproducción enteros y quitar este derecho individual.
Educación sexual: La educación basada únicamente en la abstinencia no funciona. No logra evitar que los adolescentes tengan relaciones sexuales y niega la información necesaria para lidiar con sus consecuencias. Sin embargo, los enemigos del aborto lo persiguen tan agresivamente que 19 estados solo permiten la educación sexual basada únicamente en la abstinencia.
Un curso integral de educación sexual que incluye a LGBTQ, cubre el consentimiento, la anticoncepcion, las decisiones informadas y el acceso a la atención médica empodera a los adolescentes con conocimientos y opciones. Reduce el embarazo adolescente, la propagación de ETS/ITS, embarazos no deseados e incluso abortos.
Negar a las mujeres el control de la natalidad es discriminación. La mayoría del país respalda el uso de métodos anticonceptivos, y casi dos tercios de las mujeres en edad fértil lo usan. Sin embargo, las cortes permiten que los empleadores nieguen a sus empleadas cobertura anticonceptiva por razones religiosas.
Esto penaliza injustamente a las mujeres y es discriminación sexual. Los hombres pueden comprar condones baratos sin receta. Las mujeres deberían tener la misma opción. Solo las mujeres y las personas con órganos reproductivos femeninos les tocan pagar una visita al médico y luego comprar costosos anticonceptivos recetados (hasta $600 al año por píldoras anticonceptivas).
Mito 6: Los grupos antiaborto se preocupan mucho por las mujeres y los bebés. Son pro-familia.
Realidad: Quienes se oponen al aborto son parte de una corriente política que recorta los programas gubernamentales que ayudan a las familias y los niños.
La mayoría de las mujeres que abortan ya son madres. La razón que dan es económica: no tienen suficiente dinero para otro bebe. Los estudios demuestran que tienen razón. Aquellos que buscan abortos pero son negados experiencia la alta pobreza. En lugar de ayudar a las mujeres embarazadas subir sus condiciones económicas para tener hijos, los opositores al aborto les hacen esas condiciones hasta mas difícil.
El Consejo de Intercambio Legislativo Estadounidense(ALEC), respaldado por personas ricas como los hermanos Koch, escribe leyes modelo para los legisladores de la derecha. ALEC ha escrito proyectos de leyes que recortan el gasto social, limitan los derechos de voto, debilitan los sindicatos, debilitan las regulaciones ambientales, se oponen a los derechos de inmigrantes y trans, pero reducen los impuestos para las corporaciones y los ricos. Los líderes de ALEC se han alabado sobre sus amplios esfuerzos para promover la legislación estatal que restringe severamente el acceso al aborto.
Los gobiernos estatales dominados por estas fuerzas están desfinanciando programas destinados a mantener a flote a las familias pobres y en cambio utilizan el dinero para pagar los esfuerzos contra el aborto. En diez estados, el dinero de la Asistencia Temporal para Familias Necesitadas (TANF), un programa federal que ayuda a las familias pobres con niños a pagar la renta, la comida y el cuidado de los niños, se está desviando para financiar centros de embarazo en crisis contra el aborto. Estos centros se hacen pasar por clínicas de aborto, pero tratan de avergonzar y asustar a las mujeres para que no aborten. Estas clínicas de aborto impostoras se enfocan en las mujeres pobres que son más necesitadas de los programas de pobreza sin fondos.
Louisiana, por ejemplo, desvía fondos de pobreza a clínicas falsas. Louisiana es llamado el “peor estado del país para criar niños” principalmente porque una de cada tres familias con niños vive allí en la pobreza. Otro ejemplo es Texas, que ha desviado la mayor cantidad de dinero federal de asistencia social de todos los estados a los centros de embarazo en crisis: $45 millones desde 2006. Texas tiene la ley de aborto más restrictiva del país, y el 20% de los niños allí pasan hambre.
Mito 7: Las leyes para proteger los derechos del feto son pro-mujer y pro-familia.
Realidad: Las leyes de “derechos fetales” despojan a las mujeres de sus derechos legales y criminalizan el embarazo.
Los estados han promulgado 1.313 restriccioness al aborto desde que se decidió Roe v. Wade en 1973. Muchas, como la SB8 en Texas, son leyes de derechos fetales. A menudo, utilizando el término erróneo “niño por nacer”, estas leyes definen una parte del cuerpo de una mujer (óvulos fertilizados, embriones, fetos) como personas jurídicas separadas de una mujer embarazada y, a menudo, en una relación adversaria con la mujer. Estas leyes no solo prohíben el aborto, sino que criminalizan el embarazo.
Bajo estas leyes, las mujeres han sido arrestadas por auto-abortar. Han sido acusadas de poner en peligro su embarazo por tener un accidente automovilístico mientras estaban embarazadas, por caerse por las escaleras mientras estaban embarazadas, por tomar medicamentos recetados mientras estaban embarazadas. Una mujer fue condenada por homicidio involuntario y encarcelada por tener un aborto espontáneo. Las mujeres han sido arrestadas y algunas encarceladas por uso de drogas o otros comportamientos durante el embarazo, incluso cuando no hubo malos resultados.
Estas leyes ven a las mujeres como anfitrionas, disminuyendo sus derechos como personas legales y como secundarias a los llamados derechos del feto. Estas leyes retratan a las personas embarazadas como personas poco confiables con sus cuerpos y necesitadas de regulación por parte del estado.
Todas las principales asociaciones médicas y de salud pública se oponen a estas leyes por considerarlas perjudiciales para la salud de las mujeres, los niños, las familias y la salud pública porque disuaden a las personas embarazadas en buscar la ayuda que puedan necesitar, incluida la atención médica, por temor a ser procesadas.
Mito 8: En 1973, la élite de la Corte Suprema compuesto únicamente por hombres vio la luz y optó por proteger los derechos de las mujeres al legalizar el aborto.
Realidad: Un movimiento de masas obligó a los tribunales y a los políticos a conceder el derecho al aborto.
La Corte Suprema era un organismo conservador en 1973. El derecho al aborto no fue otorgado por ella, fue arrebatado de la corte por un movimiento nacional y militante de mujeres. La Corte Suprema de élite, compuesta únicamente por hombres, concedió el aborto sobre la base de la privacidad, lo que abrió la puerta a décadas de ataques de la derecha al aborto. Solo unos años después de la decisión de la Corte, la enmienda Hyde cortó los fondos federales para el aborto.
Para ganar la decisión de la Corte Suprema, las mujeres organizaron manifestaciones en pueblos y ciudades. Rechazando el secreto y la vergüenza, describieron el miedo y la humillación que sufrieron para abortar cuando era ilegal y peligroso. Manifestaciones por el derecho al aborto se llevaron a cabo a nivel nacional. Desafiando la ley, las mujeres formaron redes para guiar a sus hermanas hacia proveedores de abortos seguros. Algunas mujeres incluso aprendieron cómo realizar abortos ellas mismas. El aborto fue ganado en la lucha por un movimiento de masas.
Sin embargo, el Partido Demócrata se hace dueño de los logros de las mujeres y dice que votar por ellos garantiza los derechos reproductivos. Los políticos del Partido Demócrata han tenido 68 años para anular la Enmienda Hyde, negando a las mujeres en Medicare su derecho al aborto, pero aún se mantiene.
Bill Clinton, un presidente demócrata, desmanteló el sistema de asistencia social y sumió a las mujeres pobres en una pobreza extrema. Joe Biden apoyó la Enmienda Hyde durante décadas hasta su candidatura presidencial de 2020. Hoy, los demócratas en el Senado se están demorando en aprobar la Ley de Protección de la Salud de la Mujer, que puede salvaguardar el derecho al aborto.
Los políticos actúan cuando el pueblo los obliga. ¡Presionemos al Senado de los Estados Unidos para que apruebe la Ley de Protección de la Salud de la Mujer! Las mujeres han sido fundamentales en todas las luchas por la justicia. Cuando nos ponemos de pie, nos organizamos y luchamos, podemos ganar el derecho al aborto y la justicia reproductiva, económica y social.
Featured graphic: Joyce Chediac of Liberation News.