El Grupo Bilderberg está formado por ejecutivos de corporaciones y oficiales gubernamentales en el mundo que se reúne anualmente. Hasta hace poco, probablemente la mayoría de las personas ni sabían que existía, pero la semana pasada el grupo y algunas teorías sobre su verdadero objetivo han sido noticia de primera plana en los medios informativos.
La causa principal del surgimiento de dicho interés fue la visita del autor Daniel Estulin a Cuba el 26 de agosto. Estulin ha escrito dos libros sobre el Grupo Bilderberg. Cuando estuvo en Cuba, Estulin se reunió con el líder revolucionario Fidel Castro, quien recientemente ha escrito varios artículos en los cuales cita la obra de Estulin. Dicha reunión y los escritos de Estulin han recibido bastante reportaje en la prensa cubana, lo que suscitó que la prensa mundial también se ocupara del asunto.
El Partido Socialismo y Revolución se solidariza con la gran Revolución Cubana, la misma que liberó a Cuba del dominio y explotación de los Estados Unidos y creó el “primer territorio libre de América”. La lucha firme de Cuba y su internacionalismo, bajo la conducción de Fidel y del Partido Comunista de Cuba, han sido una inspiración para todos los pueblos que luchan por su liberación en cualquier parte del mundo.
Sin embargo, nos preocupa que la publicidad dada a Estulin y sus ideas puedan tener un efecto desorientador entre algunas personas dentro de los movimientos socialista y progresista del mundo. Según nuestro punto de vista, los escritos de Estulin son antimarxistas y tienen sus raíces en las “teorías” de conspiración derechistas que no tienen ningún sustento real.
Poco después de su fundación en 1954, muchos escritores de la derecha extrema, comenzando con la Sociedad John Birch y Phyllis Schlafly, teorizaron que el Grupo Bilderberg es en realidad una conspiración para tomar control del mundo; algunos afirman que ya se lo han tomado.
Entre ellos figura Estulin, un anticomunista virulento quien se describe a si mismo como “un expatriado ruso, que fue expulsado de la Unión Soviética en 1980” y quien, además, afirma que su abuelo “era un coronel de la KGB y de la contrainteligencia en la década de los 50, entonces, tengo cierto privilegio para obtener información de los servicios secretos, los cuales son nuestros mejores recursos”. (Infowars.com, 27 de mayo de 2005.) La veracidad de esto, o cualquier afirmación que haga él sobre si mismo o el mundo, es cuestionable debido a su capacidad ilimitada para la fabricación.
Haciendo pasar la ficción por la realidad
De acuerdo a Estulin “los Bilderberger”, como los llama, son responsables de un prisma extraordinario de cosas que le disgustan, como la Revolución Bolchevique de 1917, o la popularidad de los Beatles. En su libro, “La verdadera historia del Grupo Bilderberg” publicado en 2007, Estulin afirma que este grupo “se ha convertido en un gobierno mundial en la oscuridad”.
A lo largo de las desfachatadas “teorías” de conspiración, la versión “Bilderberg” rechaza completamente el análisis de clases, a favor de la idea de que una banda reducida y supranacional de hombres tiene al mundo en un puño, creando todo lo existente, desde las epidemias de la gripe, al desplome de la vivienda, hasta las guerras en Afganistán e Irak.
En lugar de ver al imperialismo y al capitalismo — liderado por los Estados Unidos —como el enemigo mundial de los trabajadores y de los pueblos oprimidos, Estulin y sus coidearios (inclusive el infame Lyndon LaRouche) propagan la ficción de que un secreto y todopoderoso cabal ha estado manejando al mundo desde antes del surgimiento de la era capitalista.
En una entrevista con un bloguero de Barcelona, España, Estulin dijo lo siguiente sobre el Grupo Bilderberg:
“Se trata esencialmente de una empresa criminal privada que se extiende por todo el mundo y opera por medio de una red de agencias gubernamentales e instituciones privadas, así como por corporaciones tanto privadas como públicas e instituciones financieras. Ahora bien, esta red ampliada, a la que se la llama “el fondi,” se remonta a la Edad Media. De nuevo, el fondi es la riqueza combinada de aquellas familias oligárquicas. …En el corazón del sistema fondi, se encuentran los bancos mercantiles privados poderosos como los bancos Rothschild. Y aun más poderoso que Rothschild es el banco Lazard. Una de las razones por las cuales los Bilderberg jamás han podido desacreditarme es porque yo puedo demostrar históricamente que lo que hoy en día se llama el Club Bilderberg, se deriva de la Nobleza Negra Veneciana, 500 años atrás” (“Lishman’s Diary”, 2 de feb., 2008).
Estulin conecta al Grupo Bilderberg con la Comisión Trilateral y afirma que las dos tienen como objetivo suprimir el imperialismo nacional en favor de un “Nuevo Orden Mundial” secreto. A continuación, más sobre “La Verdadera Historia del Grupo Bilderberg”:
“Sin lugar a dudas, el Grupo Bilderberg es el principal foro oculto que opera a la sombra del poder, pero una entidad poco comprendida — la Comisión Trilateral (TC) — también juega un papel vital en el esquema del Nuevo Orden Mundial, utilizando la riqueza, concentrada en las manos de unos pocos, para ejercer control sobre el mundo”.
Estulin continúa: “Los individuos poderosos que pertenecen a la Comisión Trilateral comparten la misma filosofía antinacionalista y se esfuerzan por prevenir que las fuerzas nacionales dentro de sus respectivos países ejerzan influencia en la política. La Comisión Trilateral se estableció en 1973. Su fundador y principal ejecutor fue el financiero internacional David Rockefeller, y gerente por un largo período de tiempo del Banco Chase Manhattan, controlado por la familia Rockefeller”.
Voltear la historia patas arriba
En su libro publicado el 2006: “Secretos del Club Bilderberg”, Estulin, como su coideario reaccionario LaRouche (a quien le cita con gran frecuencia), avanza la tesis antimaterialista de que los británicos controlan a los Estados Unidos, el imperio más poderoso de la historia.
En el mundo fantástico de Estulin, los “Bilderberger” organizaron y financiaron la Revolución Bolchevique de 1917 y “controlaron” a sus dirigentes. ¡Todo esto la hicieron 37 años antes de que el Club Bilderberg existiera! “Una vez más, fueron las redes de la inteligencia militar británica las que iniciaron, con la ayuda de la CIA por medio de su antiguo director, William Casey, y sus contactos con Sefton Delmer del MI6, cuyo contacto, Bruce Lockhart, también del M16, era quien controlaba a Lenin y a Trotsky durante la Revolución Bolchevique”. Así lo afirma Estulin en su “Secretos del Club Bilderberg”.
En el mundo real, Robert H. Bruce Lockhart, embajador británico en Moscú, fue arrestado y casi ejecutado en 1918 por haber tomado parte de un atentado para asesinar a Lenin y derrocar el nuevo estado soviético. Más tarde fue puesto en libertad por un intercambio de prisioneros. El gobierno británico fue el principal coordinador de la contrarrevolución en la Rusia soviética desde 1918 hasta 1920, cuando los ejércitos de 14 países imperialistas se unieron a las fuerzas “blancas” en contra de los bolcheviques. Los contrarrevolucionarios fueron derrotados finalmente, en su esfuerzo de “estrangular al bebé en su propia cuna” para citar las palabras de Winston Churchill.
Medio siglo más tarde, los notorios “Bilderbergers” británicos estaban aún funcionando, afirma Estulin en tono cómico-ominoso. En esta ocasión utilizaron la música para corromper a los jóvenes estadounidenses y controlar sus mentes. Estulin continúa en “Secretos del Club Bilderberg”: “Por dos domingos consecutivos sin precedente, en el show de Ed Sullivan, más de 75 millones de estadounidenses miraron a los Beatles sacudir sus cabezas y mover sus cuerpos en un ritual que muy pronto sería replicado por cientos de grupos roqueros futuros”.
Luego se esfuerza por conectar — sin la más mínima evidencia — a los Beatles y a la música rock con la propaganda Nazi. Refiriéndose a la ola de grupos británicos que vinieron a los Estados Unidos, Estulin afirma nuevamente sin sustento, que “se demostró que esta ‘invasión inglesa’ fue muy bien planificada y coordinada”.
Para Estulin y sus coidearios de la “teoría” de la conspiración, nada es como se ve, y todos los principales acontecimientos del mundo son la acción secreta de las manos de los “Bilderberger”. Aquí hay un ejemplo claro de este punto de vista tomado de “La Verdadera Historia del Grupo Bilderberg”: “La crisis de Watergate es un caso de confusión de identidad y una travestía de la justicia. La verdad detrás de Watergate jamás ha sido revelada, pero aquellos que orquestaron el derrocamiento del Shah, la Guerra en las Falklands [Las Malvinas-el editor], la muerte de Aldo Moro y el derrumbe de Margaret Thatcher, nuevamente, están implicados”.
El bombardeo del Edificio Federal en Oklahoma en 1995, de las Torres Gemelas en el 2001 y de un club nocturno en Bali en 2002 fueron ataques mininucleares realizados por los intereses de los “Bilderberger”, de acuerdo a Estulin. Parece no importarle que ninguno de esos bombardeos emitió radiación alguna — característica principal de una explosión nuclear.
Las “teorías” de conspiración, como la que sustentan Estulin, LaRouche y otros, producen una consciencia falsa y el cultismo. Tienen generalmente un efecto desorientador y desmoralizante en la consciencia de las personas y en los movimientos por el cambio social.
El marxismo rechaza las ‘teorías’ de conspiración
Las “teorías” de conspiración conllevan a un camino sin salida. Si se las toma al pie de la letra, se puede llegar a creer que no hay esperanza para el cambio; que no hay oportunidad de lucha para mejorar la vida de la gran masa de la humanidad que sufre. Después de todo, ¿cómo se podría luchar contra una fuerza oculta, contra un enemigo todopoderoso que controla todo los acontecimientos de importancia en el mundo? El sentido de impotencia que lógicamente se desprende de las “teorías” de conspiración, a menudo, obligan a aquellos que creen en ellas a buscar por algún “salvador” solitario, un papel que los mismos propulsores de dicha teoría están más que listos para cumplir.
Las “teorías” de conspiración no tienen un análisis verdadero de las fuerzas de clases sistémicas que operan para oprimir miles de millones de personas diariamente. Ellos no señalan al imperialismo o al capitalismo como los principales problemas, en su lugar, atribuyen los males sociales a unos pocos líderes de los países imperialistas que de alguna manera están por encima del sistema de clases en el cual viven. Dichas “teorías” no solamente son falsas, antimarxistas y verdaderamente reduccionistas de la historia —son distorsiones peligrosas que evitan que la gente dirija su furia y odio contra el sistema que efectivamente es la causa de la opresión en todo el mundo.
Claro, que nosotros comprendemos que sí existen las conspiraciones y las intrigas auténticas; las mismas que son utilizadas por las clases dominantes para hacer caer a las personas en trampas, como pretexto para comenzar conflictos, o derrocar gobiernos y de una manera infinita, servir a los intereses del capitalismo. Sin embargo, las conspiraciones reales son muy distintas a las que presentan hechos crudamente arreglados como representativos de tendencias sociales y políticas más amplias.
El marxismo revolucionario rechaza dichas “teorías” de conspiración. El marxismo no solamente tiene una comprensión radicalmente diferente sobre las causas de las crisis contemporáneas de la sociedad capitalista, sino que también ofrece una base real para el optimismo y las soluciones.
El análisis marxista de la historia, basado en la lucha de clases, ofrece una explicación de la causa de las guerras y de otras crisis fundamentadas en la realidad y no en la ficción.
En la época moderna la guerra tiene una causa particular. Las guerras principales no son conspiraciones lanzadas por un minúsculo grupo de personas, sino el resultado de una constante búsqueda de los capitalistas para abrir y dominar nuevos mercados para explotar y conseguir ganancias. En ocasiones la competencia entre capitalistas por esos mercados es la causa. Las guerras también son el resultado del esfuerzo de los capitalistas para destruir países y pueblos que desean liberarse a si mismos de la dominación imperialista y de la explotación del mercado.
Seamos claros: la lucha contra la guerra y la explotación es una lucha contra el mismo sistema que crea las guerras: el capitalismo. No es una lucha contra el Grupo Bilderberg u otra forma de gobierno oculto. De hecho, no existe ningún gobierno como aquel.
Las “teorías” de conspiración sustentadas por Estulin no ofrecen soluciones. No hay luz al fin del túnel de la conspiración —tan solo miles de hechos discretos puestos unos juntos a otros para crear una realidad incoherente que tiene muy poco que ver con el mundo real.
La solución real es algo que Estulin y otros escritores conspiradores jamás defenderán ni contemplarán: el socialismo. La lucha de la humanidad es acabar con el sistema capitalista destructivo y deshumanizado que domina a la mayoría de los países del mundo en la actualidad, y reemplazarlo con un sistema basado en la satisfacción de las necesidades del pueblo.
Las primeras revoluciones socialistas en Rusia, China, Cuba y otros países demuestran que esta esperanza no es una ilusión. Hasta ahora, esas revoluciones se han llevado a cabo en países pobres, lo cual ha presentado grandes obstáculos para los gobiernos de los trabajadores. La amenaza constante de ataques imperialistas ha hecho el desarrollo aún más difícil. Sin embargo, cada uno de estos países logró realizar grandes avances, a veces increíbles, en la construcción del socialismo.
Los sistemas de salud y educación extraordinarios de Cuba y su internacionalismo reconocido no hubieran sido posibles, sin la revolución socialista. Cuba ha resistido a la contrarrevolución y ha trabajado para construir el socialismo por más de 50 años. Su proceso revolucionario continuo no ha sido sancionado por ningún gobierno capitalista ni por el Grupo Bilderberg. No es por eso que la Cuba revolucionaria existe en la actualidad.
El pueblo cubano ha tenido la capacidad de resistir grandes dificultades económicas y amenazas imperialistas porque el sistema en el cual ellos viven beneficia al pueblo y tiene como objetivo acabar con la explotación. Tienen el liderazgo revolucionario inestimable del Partido Comunista de Cuba.
La promoción de las ideas de Estulin en Cuba no cambia en absoluto la defensa del PSL de la Revolución Cubana y sus logros increíbles. Es nuestra opinión, sin embargo, que el punto de vista de Estulin es incompatible con el marxismo revolucionario.