Durante la campaña presidencial, Barack Obama, prometió una reforma de inmigración. Habló de un plan para sacar a los inmigrantes “de las sombras” por medio de la legalización, pero en realidad, la nueva administración avanza los mismos objetivos de la administración de Bush, bajo la apariencia de mayor “gentiliza” y empleando técnicas “más civiles”. Debido a esas políticas, aproximadamente 1.800 trabajadores de la costura en Los Ángeles, casi todos inmigrantes latinos, están perdiendo sus trabajos. Esta ha sido la redada de inmigrantes más grande en la historia de los Estados Unidos. El 2 de octubre, como respuesta a una investigación realizada por el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) en los últimos 17 meses, American Apparel comenzó a despedir más de un cuarto de sus trabajadores.
La investigación a la fuerza laboral de American Apparel comenzó el 2007, bajo la administración de Bush. La administración de Obama continuó con la investigación y simplemente cambió la táctica de la redada: en vez de enviar agentes del ICE al lugar de trabajo para que arresten a los trabajadores, el ICE presionó a American Apparel para que despida a los trabajadores. A la compañía se le amenazó con multas, pero aun después cuando las amenazas de sanciones fueron oficialmente retiradas, American Apparel estuvo de acuerdo con los despidos. El ICE está aun considerando si debe poner a los trabajadores en procesos de deportación.
Esta nueva técnica básicamente continúa con la práctica de penalizar a los trabajadores por trabajar y mantener a sus familias en los Estados Unidos. Desde julio del 2009, la administración de Obama ha abierto por lo menos en 654 compañías investigaciones en todo el país. A pesar de que la redada realizada en American Apparel ha sido la más grande hasta el momento, en mayo del 2009 se realizó una redada en Overhill Farms, una planta procesadora de alimentos de Los Ángeles, que tuvo consecuencias devastadoras similares. En la redada de Overhill, más de 250 trabajadores fueron despedidos después de que el Servicio de Impuestos Internos (IRS) haya realizado una auditoria y haya encontrado discrepancias en los récords del seguro social.
Los Demócratas en el Congreso han alentado estas medidas agresivas de inmigración cuando pasaron un presupuesto inflado al Departamento de Seguridad Nacional. El presupuesto del 2009 del ICE relacionado a la inmigración en los lugares de trabajo, es de 127 millones de dólares y el presupuesto total para el ICE es de casi $6 mil millones de dólares.
Los trabajadores, no los empresarios, son castigados
Pese a las afirmaciones del gobierno de que sus nuevas tácticas tienen como objetivo a empresarios sin escrúpulos y explotadores, un ligero vistazo revela que los trabajadores son los que sufren. A los trabajadores despedidos de American Apparel no se les permitieron tener audiencias ni ninguna oportunidad de mantener sus trabajos, a pesar de haber trabajado años e inclusive décadas para la compañía. Los trabajadores despedidos que son indocumentados no pueden utilizar ningún beneficio público, como estampillas de alimentos o tarjetas de atención médica para protegerse a si mismos o a sus familias.
Los trabajadores despedidos en la redada de American Apparel se han quedado sin ingresos y sin apoyo, en un momento en el cual el desempleo en los Estados Unidos ha alcanzado un tope máximo en el último cuarto de siglo. Incluyendo los trabajadores cuyas horas de trabajo han sido reducidas durante la crisis económica, la tasa nacional de desempleo y subempleo es del 17 por ciento, más de 24 millones de personas. Dentro de las comunidades oprimidas de Los Ángeles, casi una de cada cuatro personas está desempleada.
Msgr. Jarlath Cunnane, un pastor de la iglesia St. Thomas the Apostle Catholic Church, explicó que la redada de American Apparel está afectando a los trabajadores: “Por lo que concierne a las familias afectadas, es la vieja redada de inmigrantes, sin la foto.” La iglesia de Cunnane se encuentra localizada en la area de Pico-Unión de Los Ángeles donde viven muchos de los trabajadores de American Apparel. La iglesia esta batallando para prestar servicios a los muchos inmigrantes que lo están necesitando. Debido a la redada de American Apparel, se espera que su clientela aumente drásticamente.
Las redadas son parte de una estrategia más grande
Los fondos de redadas son sólo una técnica que la administración de Obama ha empleado para continuar el asalto a los inmigrantes. Los trabajadores inmigrantes todavía se enfrentan a la amenaza constante de ataques racistas y la deportación. La administración de Obama abandonó los reglamentos severos No-Match, propuestos por la administración Bush, pero utilizó las cartas No-Match para ejecutar la incursión de American Apparel. Las cartas No-Match son cartas publicadas por el Departamento de Seguridad Nacional y la Administración de la Seguridad Social cuando hay discrepancias en la documentación de un trabajador. Estas cartas han sido utilizadas por el ICE para llevar a cabo redadas de inmigración.
La administración de Obama también ha denegado las solicitudes de suspensión temporal en el proceso de deportación para las familias inmigrantes que las anteriores administraciones estaban dispuestas a conceder. Durante el censo del 2000, el antiguo Servicio de Inmigración y Naturalización (INS) acordó suspender las redadas de inmigración durante el censo para que las familias de inmigrantes pudieran abrir sus puertas a los funcionarios de la Oficina del Censo, sin temor de una redada en casa. La actual administración, sin embargo, se ha negado a pedir la suspensión de las redadas del ICE.
El Departamento de Seguridad Nacional también sigue deteniendo a los inmigrantes. La Corporación Correccional de America (CCA), un subcontratista privado de detención de inmigrantes, continúa la construcción de nuevos centros de detención financiados por el gobierno federal. La CCA ha abierto recientemente un nuevo centro de detención en Georgia que abarca 500 camas. El Secretario de Seguridad Nacional, Janet Napolitano, también ha propuesto la conversión de hoteles y residencias como centros de detención de inmigrantes.
Forzar el desempleo y la exclusión de miles de trabajadores en un momento de crisis económica no es “elegante” ni “civil”. Los inmigrantes no ocasionaron el colapso económico—son las víctimas, al igual que todos los trabajadores. Los bancos derrocaron la economía mediante la extracción de la mayor riqueza posible de los trabajadores en forma de préstamos con alto interés, sin ninguna consideración del riesgo que implicaba. Sin embargo, cuando se desató la crisis económica, Washington rescató a los bancos y culpó a los trabajadores y los inmigrantes.