La semana pasada, el Departamento de Seguridad Nacional (DHS siglas en inglés) del presidente Obama anunció que iba a expander el programa anti-inmigrante 287(g) —arreglos de fuerzas especiales entre las agencias locales de policía y el DHS para detener, arrestar y deportar a inmigrantes indocumentados sospechosos.
El DHS anunció que el programa 287(g) ha establecido 11 relaciones nuevas en todo el país con las agencias locales de refuerzo de la ley, inclusive con una en Houston.
Foto: Bill Hackwell
Esta ofensiva contra los inmigrantes es una continuación por parte de la administración de Obama del legado de Bush de atacar a los llamados “inmigrantes ilegales” que tienen antecedentes penales. Muchos departamentos policiacos por todo el país utilizan el programa 287(g) y los ataques más extensos del gobierno federal contra la comunidad inmigrante como escusa para detener, cuestionar, molestar y arrestar a los Latinos y a los inmigrantes.
En los últimos dos años, más de 120 mil personas han sido arrestadas y deportadas por medio del programa 287(g). Durante el año fiscal del 2008, agentes de Inmigración y de Aduanas, deportaron más de 356 mil inmigrantes de los Estados Unidos y miles de casos más no han sido reportados, lo cual representa un incremento del 23.5 por ciento en comparación con el año anterior. (Wall Street Journal, July 11)
El Congreso creó el programa 287(g) en 1996. El programa provee recursos y entrenamiento a los departamentos locales de policía para detener, encarcelar y deportar a inmigrantes indocumentados “sospechosos”. Desde enero del 2006, más de mil departamentos estatales y locales de policía han pasado por este entrenamiento.
María Hernández, una residente de Raleigh, N.C., fue detenida en una cárcel de Wake County por no haberse reportado a una audiencia por la ausencias escolares de su hijo de 6 años de edad. Ahora está en una corte para deportaciones: “No entiendo porque andan atrás de personas como yo”, afirmó. (WSJ, July 11)
Además del programa 287(g), la administración de Obama también anunció que continuará con la práctica de requerir a los contratantes y sub-contratantes federales que utilicen E-Verify, un sistema electrónico que se usa para monitorear el estado migratorio de los trabajadores. Este sistema electrónico, lleno de errores, ha conducido al despido de decenas de miles de trabajadores.
La política y las acciones del gobierno han conducido directamente a asaltos organizados, desatados en las comunidades inmigrantes, ya sea por la policía local, ya sea por los derechistas intolerantes. A pesar de que la administración de Obama ha sugerido que las agencias de la fuerza pública solamente arrestan y deportan aquellos delincuentes que son “violentos”, esta directiva no es obligatoria ni una ley. Los contratos entre el DHS y la policía local serán mantenidos en secreto.
Joe Arpaio, el sheriff racista e infame del Condado de Maricopa en Arizona, proclamo como una “victoria” el cumplimiento del programa 287(g), consiguiendo dar voz publica a la posición que muchas de las agencias policiacas tienen para este programa: “Si me dijeran que no cumpla con esta ley, a menos que el extranjero sea un criminal violento, yo contestaría, que lo vamos seguir haciendo lo mismo con o sin 287g. Estamos teniendo mucho éxito”.
Más de 30 mil inmigrantes indocumentados han sido encarcelados o deportados en la área de Phoenix bajo la supervisión de Arpaio.
La campaña de Obama, que prometía una reforma inmigratoria comprensiva, está lejos de la realidad. Los ataques del gobierno de los Estados Unidos contra la comunidad inmigrante son parte de la estrategia comprensiva para mantener a los trabajadores bajo intimidación.
Las deportaciones y el uso de la policía en sus ataques ampliados, son un componente represivo de la maquinaria estatal utilizado en contra de los trabajadores indocumentados y sus familias en los Estados Unidos. Son un intento para aislar a los inmigrantes y reforzar las divisiones, mantener los salarios tan bajos como puedan, y erigir barreras contra una clase trabajadora unificada que lucha contra sus patrones.
Una tarea clave de la clase trabajadora de los Estados Unidos es la lucha contra los ataques del gobierno anti-inmigrantes y por la igualdad completa para todos los inmigrantes.