El Partido por el Socialismo y la Liberación se enorgullece en anunciar que nuestra organización está preparando candidatos para el puesto de presidente y vicepresidente de los Estados Unidos en las elecciones del 2008.
Gloria La Riva, dirigente sindical y miembro del PSL es la candidata a la presidencia. Eugene Puryear, miembro del PSL en Washington DC, es el candidato a la vicepresidencia. Nuestro partido también presentará candidatos y participará en elecciones locales en varias ciudades a través del país.
El PSL es un partido revolucionario marxista en los Estados Unidos que lucha por el socialismo. Queremos una revolución y trabajamos arduamente para que eso suceda.
El PSL está involucrado en luchas—pequeñas y grandes—que afectan a la clase trabajadora de EE.UU. Del movimiento antiguerra a la lucha por los derechos del inmigrante; de las luchas por vivienda accesible y cuidado médico al combate contra la brutalidad policíaca; del movimiento por los derechos de la mujer y la igualdad para las comunidades gay a las luchas laborales y sindicales—el PSL se encuentra al frente de la lucha de clases en contra de los capitalistas y su podrido sistema.
Nuestra organización está conformada por organizadores militantes y líderes de la clase trabajadora que se dedican a acelerar la lucha por el poder obrero.
Nuestro partido sabe que la revolución es necesaria. Luchamos por reformas que alivien el sufrimiento de los trabajadores y los pueblos oprimidos, pero ultimadamente las reformas no son suficientes. Sabemos que las revoluciones son ejecutadas en las calles, en las fábricas, en todos los centros de trabajo y en los cuarteles militares cuando los trabajadores—con o sin uniforme—están conscientes que el poder de los patrones capitalistas y sus generales debe ser reemplazado por el poder del pueblo.
Este es el mensaje que el PSL llevará a cabo en sus intervenciones durante las elecciones del 2008.
La farsa del sistema electoral capitalista
Sin lugar a dudas, el sistema electoral de los capitalistas es una farsa. Es un sistema diseñado para garantizar que la pequeña minoría de los banqueros de Wall Street, las corporaciones y los grandes negociantes dominen a la inmensa mayoría del pueblo de los Estados Unidos—la clase trabajadora.
El sistema electoral no es el campo definitivo donde la clase trabajadora determinará su lucha final. Pero es donde estará enfocada la atención de los obreros este año.
Más de 100 millones de trabajadores, estudiantes y organizadores participan en las elecciones capitalistas cada año. Los que no participan directamente en ellas son forzados a escuchar muy cercanamente, por que la prensa corporativa se enfoca en las elecciones muchos meses antes que se lleven a cabo. Este año no será la excepción.
Las elecciones decepcionarán amargamente a cualquiera que espere un verdadero cambio en ellas. Aquellos que quieren una vida mejor, un mundo mejor, un alto inmediato a la guerra imperialista en Irak, mejores salarios para los trabajadores, cuidado médico accesible e igualdad económica para todos no obtendrán nada de eso por parte de los candidatos capitalistas que se encuentran desfilando en este momento.
En los Estados Unidos, dos partidos dominan el horizonte político dentro del sistema.
Los candidatos de los partidos Demócrata y Republicano se deleitan en el resplandor de la contienda electoral. La contienda, sin embargo, es en realidad una entre dos partidos que representan la guerra y la explotación, dos partidos extremadamente millonarios. Es un ensayo mezquino.
Más de $2 billones serán utilizados por el candidato que logre la nominación de cualquier partido. Ya se reunieron cientos de millones, mucho de ese dinero también se gastó en el recorrido hacia la campaña primaria.
Estos candidatos de los partidos del gran capital no representan los intereses de los trabajadores y oprimidos. Hablarán demagógicamente y dirán que apoyan “los intereses del pueblo trabajador”, pero en realidad no tienen ninguna intención de hacerlo.
Todos los candidatos capitalistas, una y otra vez, han asegurado ellos mismos que se dedicarán a administrar los asuntos de la clase dominante de EE.UU. si son elegidos. Las plataformas de sus campañas posiblemente reflejarán un punto de vista distinto al de la clase dominante, pero en esencia todas tienen la misma meta. Todos los candidatos capitalistas comparten la misma consigna—“Ganancias en vez del pueblo”—así sonarían sus discursos si se atrevieran a decir la verdad.
Estos candidatos capitalistas se encuentran en una lucha encarnizada en este proceso electoral para poder controlar los vastos recursos del gobierno de EE.UU. y para tener el derecho de dictaminar, junto con las agencias burocráticas del gobierno, donde irán a parar los trillones de dólares en contratos con los grandes negocios durante los años venideros.
También se pelean para el control del aparato represivo estatal: la policía, el ejército, los tribunales y las prisiones—la verdadera fuente de poder de los capitalistas.
El sistema electoral de EE.UU. refleja una plutocracia capitalista. Vivimos bajo un gobierno de, para y por los ricos. Estos politiqueros—desde Huckabee hasta Obama; de Giuliani a Clinton; de Rommey a Edwards, etc., etc. —están subordinados a sus amos corporativos. Aunque hubieran salido de una extracción humilde o hubieran adoptado posiciones progresistas temprano en sus carreras, ni un politiquero podrá convertirse en presidente de Estados Unidos a menos de que sus posiciones reflejen una actitud aceptable para los buitres capitalistas y el complejo militar-industrial. Cada uno de ellos adoptará las metas de dominación imperialista de EEUU o serán descartados por sus respectivos partidos, sean Demócratas o Republicanos. Ninguno de ellos acelerará la lucha de clases.
Ellos le apuntan a ser electos no a servirle al “pueblo americano” como ahora claman, le apuntan a servirle a la minúscula clase capitalista. Algunos de ellos mismos son inclusive capitalistas en todo el sentido de la palabra.
Una campaña de lucha
A los trabajadores se les pide que voten cada cuatro años por quien los explotará por esos próximos cuatro años. La participación del PSL en las elecciones del 2008 le da a los trabajadores, estudiantes y oprimidos la oportunidad de votar y de trabajar con candidatos de un partido que ya está luchando por sus intereses.
El PSL no es un partido de politiqueros profesionales. Somos un partido de revolucionarios profesionales. Nuestros candidatos—La Riva y Puryear—son distintos porque ellos no sirven a los intereses del gran capital. Al contrario, ellos han dedicado toda su vida a la lucha en su contra.
La campaña del PSL brinda una verdadera alternativa para los trabajadores. Nuestro programa está arraigado en los intereses fundamentales de la clase trabajadora: paz, no guerra, empleos y las necesidades del pueblo; igualdad de derechos para todos; y socialismo.
Queremos llegar a las decenas de millones de trabajadores y oprimidos que desean un verdadero cambio pero que no lo obtendrán dentro del proceso electoral capitalista. Queremos luchar hombro a hombro con nuestra clase—la clase trabajadora—en cada lucha contra el sistema de ganancias. Aspiramos a ser un catalizador que eleve el nivel de conciencia de la clase trabajadora en cualquier campo que luchemos.
Más importante aun, buscamos propagar las ideas de la revolución, del verdadero cambio. Sabemos que ese cambio es posible; sabemos que sucederá. También sabemos que se requerirá de una lucha enérgica para que suceda.
Sabemos que hay progresistas que se opondrán a nuestra campaña. Ellos dirán, “a ustedes no los elegirá nadie”, y de mala fe nos acusarán de conspirar para quitarle votos a los candidatos autodenominados liberales (capitalistas).
Si queremos quitarles los votos. Queremos desenmascarar a los dirigentes de los partidos Demócrata y Republicano como los falsos, intolerantes y pro-guerra que en verdad son. Queremos exponerlos ante la luz para que el pueblo vea la verdadera esencia criminal de su sistema político y sus representantes. Le apuntamos a reclutar más trabajadores para el movimiento por el socialismo. El socialismo es un sistema que justamente voltea el capitalismo al revés—el pueblo es primero antes que las ganancias.
Los representantes capitalistas y sus secuaces en la prensa no pueden ser las únicas voces hablándole al pueblo de “cambio” durante el ciclo electoral del 2008. Con la vigorosa participación e intervención del PSL no sucederá así.
Penetraremos en los debates, iremos de puerta en puerta, llevaremos a cabo mítines, protestas, plantones o cualquier acción que nos deje ser escuchados. La campaña del PSL llegará a los trabajadores y oprimidos con un mensaje de esperanza, y con un verdadero mensaje de lucha.
La campaña del PSL en el 2008 tiene la intención de inspirar más organización en la clase trabajadora, agitación y conciencia revolucionaria. Llevaremos las ideas del socialismo—una mejor, más justa sociedad, el futuro de la humanidad—a los trabajadores y el pueblo pobre en los Estados Unidos. La campaña del PSL abrirá una tan necesitada vía para que los trabajadores combatan políticamente al establecimiento capitalista y sus representantes corruptos.
Nuestros candidatos viajarán por toda la costa del golfo, de Louisiana a Mississippi, a la Florida, Nueva York, Rhode Island, Minnesota, Wisconsin, Illinois, Michigan, Iowa, Dakota del Sur, Maryland, Massachusetts, Kentucky, Georgia, California y a donde sea necesario.
Únete a la campaña del PSL de 2008. Eleva junto a nosotros la bandera del socialismo. Defendamos la causa de la clase trabajadora. Un voto por La Riva y Puryear es un voto por el socialismo y la liberación, y contra la guerra capitalista, el racismo, la intolerancia y la explotación.
Conviértete en un verdadero defensor del pueblo y por el cambio revolucionario.