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La crisis de la guerra en Irak crece para la clase dominante

Mientras se profundiza la crisis en Irak, varios senadores republicanos se han unido con líderes del Partido Demócrata llamando por un “cambio de camino”. En una larga rueda de prensa el 12 de julio, el Presidente Bush rechazó esas llamadas, expresando la determinación de parte de su administración y los generales del Pentágono de lograr la “victoria”.


La rueda de prensa coincidió con la distribución de un informe de la administración sobre el “progreso en Irak”, que es sumamente fabricado, sobre la situación ahí a partir de la adición de 30.000 tropas que trajo el número de soldados estadounidenses en Irak a más de 160.000.


¿Qué significa la creciente lucha dentro del establecimiento capitalista para el movimiento anti-guerra y para todos que se oponen a la guerra y la ocupación?


Los líderes congresionales—demócratas y republicanos—que abogan por un cambió de rumbo no recomiendan un retiro de Irak, simplemente se están alejando de una estrategia fallada. Ellos quieren cortar el número de tropas en combate y reducir el número de bajas estadounidenses, que ahora está en el nivel más alto desde la invasión del marzo 2003.


Al mismo tiempo, hay casi unanimidad completa para mantener las bases inmensas de los EE.UU. regadas por Irak y la embajada masiva, bajo construcción en el centro de Bagdad. Cuándo este completo, será la embajada más grande en la historia del mundo. La base servirá como el centro verdadero del poder político y legislativo por muchos años más.


Las pretenciones de Washington de controlar Irak tiene todo que ver con los recursos vastos de petróleo en Irak y su posición clave en esa region. Esa determinación no ha sido disminuida por los golpes severos recibidos por la ocupación gringa de parte de la resistencia. La dominación de la región del Golfo Pérsico, que tiene una estimacion de 70 por ciento de las reservas globales del petróleo, sigue un objetivo central de la política imperialista de los EE.UU.


Los líderes demócratas, como líder de la mayoría en el Senado Harry Reid y la presidenta de la Cámara Baja Nancy Pelosi, y los senadores republicanos, como Chuck Hagel, Richard Lugar, Olimpia Snowe y otros, ven la presente estrategia en Irak como insostenible.


Lo que ellos quieren, sobre todo, es evitar una derrota catastrófica de los Estados Unidos en Irak. Ellos creen que tal derrota podría llevar al desenredo total de la dominación estadounidense en la región.


Proponentes de esta perspectiva dicen que si se retiren de las zonas con las mayores poblaciónes, pero si se queden en Irak—o apenas allí “sobre el horizonte” en Kuwait, como ha propuesto el rcongresista John Murtha (D-Pa.) y otros—se irían sin perder todo y asi también mantener el control general del país.


La administración de Bush, el Gen. David Petraeus y el embajador de los Estados Unidos Ryan Crocker, lo ven de forma distinta. Ellos creen que cualquier clase de retiro será percibida como una derrota catastrófica. Tal derrota podría aplastar la ya debil idea de que el Pentágono es invencible y a la misma vez pueda promueve otras rebeliones anti imperialista.


Uno de los objetivos de la invasión de Irak fue el “efecto de la demostración”.


Aplastando Irak y reduciéndola a una posición colonial, fue para intimidar a los otros gobiernos que no seguían la línea de los Estados Unidos y no permitían la explotación salvaje de sus recursos. Pero en vez de eso, ha sido demostrado que es posible resistir la maquinaria militar más poderosa en la historia. Para los gobernantes del imperio, este resultado es intolerable.


Los últimos sondeos públicos muestran que apoyo para la guerra nunca ha estado tan bajo. El setenta y uno por ciento quiere salir de Irak—un porcentaje nunca igualado.


Buscando apoyo para continuar y, en realidad, agrandar la guerra, Bush sacó su arma segura en la rueda de prensa del 12 de julio. Contestando las preguntas a varios periodistas por más de una hora, Bush nunca mencionó las palabras “ocupación” ni “resistencia”, pero sí mencionó Al-Qaida no menos que 39 veces.


Según el decir, al-Qaida constituye una pequeña fracción de la resistencia iraquí.


Y por supuesto Bush jamás mencionó el hecho inoportuno de que Al-Qaida no existía en Irak antes de la invasión de los EE.UU., que destruyó la existencia del país como un estado independiente.


La historia de Irak desde la primera guerra mundial, cuando llegó ser una colonia del imperio inglés, ha sido una de resistencia resoluta a la ocupación extranjera.


Dejados a sus propias manos, los líderes en Washington negociarán tratos que satisfacen las necesidades del imperialismo corporativo—el sistema que todos ellos sirven.


La lucha interna en Washingon sobre la dirección de la guerra abre una puerta grande para la intervención del pueblo en el proceso político.


Cuando los imperialistas estan unidos, es más dificil.


Los sondeos públicos son importantes como un calibrador de el sentimiento masivo. Pero los sondeos no pueden realizar el cambio.


Lo imprescindible es la acción organizada, en números masivos exigiendo el fin de la guerra; que haya un retiro completo de Irak y del Medio Oriente en total.


La iniciativa tomada por la Coalición ANSWER, para manifestaciones anti-guerra el 15 de septiembre en Washington, D.C., y el 20-27 de octubre, es oportuno e importante.


El 15 de septiembre la atención del mundo será enfocada en Washington.


Es cuando el Gen. Petraeus tiene que someter su informe sobre la “subida de tropas” en Irak. Un debate en el Congreso sobre otros $145 mil millones para financiar las guerras en Irak y Afganistán, seguirá.


Una marcha masiva desde la Casa Blanca hasta el Congreso el 15 de septiembre será seguida por acción directa exigiendo que el Congreso pare la financiación de la guerra.


El 21 de octubre venidero marcará el 40 aniversario de la marcha histórica al Pentágono contra la Guerra de Vietnam, bajo la bandera, “De protesta a resistencia!”


Los piquetes, las ocupaciones, las huelgas de estudiantes y otras actividades durante la semana del 20-27 de octubre personificarán ese espíritu, y terminarán en manifestaciones masivas a través del país el 27 de octubre.


Para todos que están opuestos a la guerra, y a su costo terrible de vida y recursos, ahora es tiempo de actuar. Sólo el pueblo puede parar la guerra.

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