La “violación Subic”, dominación EEUU del gobierno filipino

Este artículo se basa en una presentación el 2 de febrero en las oficinas de la Coalición ANSWER (Actuar ahora para detener la guerra y poner fin al racismo) en la Ciudad de Nueva York. Rosca fue prisionera política en las Filipinas bajo la dictadura de Ferdinand Marcos. Es una líder de la Red GABRIELA, una organización solidaria de masa Filipinas-EEUU.






Protesta en Manila, exigiendo la cárcel para soldados estadounidenses por la violación en Subic.

Photo: Hoang Dinhh Nam/AFP/Getty Images

El primero de noviembre de 2005, una joven filipina de 22 años de edad, recientemente graduada de la universidad, salió de su casa en la provincia de Mindanao, a celebrar con amistades en la zona turística de la ciudad de Olongapo. Allí encontró a seis soldados de marina que no estaban de servicio, quienes participaban en el ejercicio militar anual entre Estados Unidos y las Fuerzas Armadas de las Filipinas.

Olongapo fue donde se encontraba Subic, la base naval más grande de Estados Unidos en ultramar, donde submarines, barcos nucleares, buques de guerra y más eran anclados y reparados. Estos barcos algunas veces llevaban entre 10.000 y 20.000 hombres, quienes también necesitaban ser repuestos. Olongapo, con el tiempo vino a ser notoria como una de la dos “ciudades del pecado” en Filipinas. La otra era la ciudad de Angeles, donde previamente estaba la Base Aerea Clark, que antes fuera la más grande base aerea de Estados Unidos en ultramar.

Los hechos de la noche del 1 de noviembre del 2005, son simples. Nicole, nombre como ella se conocería durante el caso, era amigable y confiada, probablemente porque su padre trabajaba con tropas estadounidenses en las Filipinas y porque estaba comprometida a casarse con un capitán de la Marina. Según testigos, los soldados de marina le dieron como 15 tragos de ginebra, cerveza y otras bebidas. Cuando llegó el tiempo de irse ella estaba tan embriagada que el cabo interino Daniel Smith la cargo en su espalda llevándola a un van que esperaba.

Ahora las versiones cambian. Dos de los soldados dicen que ellos regresaron a la base y supusieron que Nicole se salió del van en alguna parte.

Las historias difieren sobre lo que pasó en el van. De acuerdo a Nicole ella fue violada en el van, mientras los otros tres soldados gritaban, “¡Dale Smith, dale!” Los soldados dicen que no fué violación, que hubo consentimiento.

Testigos dicen que a Nicole la tiraron del vehículo como si hubiera sido un cerdo, medio desnuda y medio inconsciente.

El resultado de la investigación fué el arresto y enjuiciamiento de los cuatro soldados de marina que dilató más de un año, motivando una constante batalla, no sólo dentro del sistema judicial, tambien en los medios informativos, en las calles, y entre varias agencias gubernamentales y personalidades.

El “Caso de Violación de Subic”, como el trauma de Nicole llegó a ser conocido, ha resonado más allá de los parámetros legales, intensificando el ya duro debate sobre las relaciones entre los Estados Unidos y las Filipinas, igual que el carácter del mismo gobierno filipino y sus relaciones con el gobierno de Estados Unidos.

Al cumplir el caso, el gobierno filipino se desenmascaró como títere, un secuaz, un gobierno que no respeta a su propio judicatura. Vergonzosamente hizo prioridad de mantener las “buenas” relaciones con Washington, en vez de proteger la justicia para y por el bienestar de sus ciudadanos.

El trasfondo del caso

Varios factores convertieron el “Caso de la Violación de Subic” en una lucha clave para el pueblo filipino y para las relaciones EEUU-Filipinas.

En primer lugar, se llevó a cabo dentro del contexto de otro caso de una violación y asesinato cometido por un soldado de marina estadounidense en Japón, y otra violación en Corea del Sur. En los dos casos, los acusados fueron entregados por el militar estadounidense a los gobiernos de los países donde cometieron los crímenes.

En segundo lugar, el caso de la Violación de Subic fué el primero en los cien años de la ocupación de las Filipinas por los EEUU—y el único de 2.000 casos similares en el período después de la Segunda Guerra Mundial—que logró llegar a ser procesado.

Entre esos 2.000 casos se incluye el asesinato de un niño que estaba buscando entre desechos del basurero de una base militar, la muerte de una muchacha de 14 años cuando un vibrador usado por un soldado estadounidense dentro de ella se rompió, dejándola morir por envenenamiento de sangre.

En esos casos, los hombres responsables por esos crímenes fueron enviados del país. Los testigos en los juicios fueron intimidados o pagados. Sí hubo oferta de compensación—en el caso del niño asesinado en el vertedero, una docena de latas de sardines y una bolsa de arroz.







Photo: Francis Malasig/Eyepress

En tercer lugar, el Caso de la Violación de Subic simbolizó la degradación y humillación por más de cien años de las mujeres filipinas por el militar estadounidense.

Este período empezó en 1900, cuando el Comandante Ira Brown de las fuerzas de ocupación estadounidenses proclamó un edicto, para establecer las casas del “vicio reglamentado”—es decir, los burdeles. 

Aunque algunas organizaciones de mujeres y sus líderes, incluyendo Susan B. Anthony, denunciaron el edicto, la práctica de usar mujeres “nativas” para el “descanso y recreación” militar persistía y todavía existe hoy día.

Cuando Brown hizo esta declaración, el censo de Manila reveló la existencia de un total de diez mujeres “trabajando” en la ciudad, nueve de ellas visitando de Hong Kong. Hoy día, se estima que 800.000 mujeres filipinas están envueltas en el comercio sexual, dentro y fuera del país.

En cuarto lugar, el caso de Subic muestra la perspectiva del militar estadounidense sobre las mujeres en las Filipinas. En el juicio de los soldados de marina, testificaron que creían que Nicole era una “profesional”.

¿De donde viene este pensamiento? El militar de EEUU utiliza 7.000 filipinas para “servir” a sus soldados en Okinawa. Durante la primera guerra en el Golfo, barcos de “descanso y recreación” estaban a la disposición para los soldados, cada uno con 50 mujeres filipinas a bordo. Y ahora mismo en Irak, unas 900 mujeres filipinas trabajan en los “salones de masaje” dentro de los campamentos y las bases estadounidenses, como en Camp Anaconda. Según se informa, estos salones operan bajo un sistema intrincado de contratación y sub-contratación por la compañía Kellogg, Root and Brown. Las mujeres reciben $200 por mes.

Todos estos factores explican la intensidad de la respuesta del pueblo filipino en el asunto del Caso de la Violación Subic.

El Acuerdo de las Fuerzas Visitantes

Del otro lado, el gobierno filipino, la embajada y la milicia de EEUU trataron de restringir el debate sólo en la redacción—ni siquiera en el espiritú y entendimiento—del Acuerdo de las Fuerzas Visitantes (VFA). El VFA, un documento de nueve páginas, fué ratificado por George Bush padre y Joseph Estrada, el antiguo y destituido presidente de las Filipinas. 

Como acuerdo ejecutivo, el VFA no requerió la aprobación del Senado de EEUU ni de las Filipinas. Es probable que no hubiera sido ratificado, ya que, desde el año 1992, el Senado de las Filipinas había rechazado la extensión del Acuerdo EEUU-Filipinas sobre las Bases Militares. Es interesante notar que GABRIELA fué la primera organización que emitió una declaración a la embajada estadounidense en Manila, exigiendo el desalojo de las bases militares.

El VFA es una violación absoluta de la Constitución de las Filipinas, la cual prohibe la presencia de tropas extranjeras dentro del país. En el 2001, la presidenta actual de hecho, Gloria Macapagal Arroyo, permitió a las fuerzas militares de EEUU entrar nuevamente, bajo el pretexto de “la guerra contra el terrorismo”.

Su explicación era, puesto que las tropas estadounidenses no estarían en situaciones de combate, no habría violación constitucional. Sin embargo, las tropas de EEUU podrían “defenderse” si hubiese disparos contra si mismo. No es un argumento lógico ya que no habría disparos si no hubieran estado en el territorio.

Desde entonces, las fuerzas militares de ambos países han conducido ejercicios militares en común cada año, para que los soldados filipinos puedan supuestamente “combatir el terrorismo” más efectivamente. Ha aumento el número de las tropas estadounidenses en estos ejercicios militares—las cifras más recientes son de más de 5.000 tropas de EEUU entrenando 3.000 tropas filipinas.

Estos ejercicios anuales hacen a uno pensar: ¿Porqué hay más personas entrenando que las personas en entrenamiento? ¿Se considera que las tropas en entrenamiento son tan estúpidos que necesitan ser entrenados más de una vez? ¿Cómo puede ser, que el militar que perdió en Vietnam y en otros lugares, incluso ahora en Irak, está haciendo el entrenamiento? 

Como consecuencia de las Filipinas uniéndose a la “guerra contra el terrorismo”, el archipiélago es ahora el recipiente en quinto lugar de ayuda económica de Estados Unidos. Pero al mismo tiempo, la violencia ha incrementado exponencialmente. Más de 800 personas, organizadores, activistas y líderes comunitarios, religiosos y sindicales han sido asesinados. 80 mujeres organizadoras y activistas han sido asesinados, 40 de ellas eran miembros de GABRIELA. La compañía Blackwater Security ha comenzado a entrenar a filipinos para ser desplegados en Irak.

Como todos saben, hay alrededor de 50.000 mercenarios en Irak, bajo contrato o sub-contrato, en un arreglo raro entre los contratistas privados y oficiales. De hecho, estos mercenarios componen la segunda fuerza de ocupación más grande en el país. 

La tensión surge después de la condena

Cuando se encontró al Cabo Interino Smith culpable de la violación, por la corte del juez Benjamin Pozon, la decisión fue tan inesperada que nadie supo como responder. GABRIELA otorgó al juez Pozon el título, “mujer honoraria”. Las policias filipinas que llevaron a Smith a la prisión tuvieron que pelear con la seguridad de la embajada estadounidense en la mera sala de la corte. Las policias filipinas estaban evidentemente contentas por la situación. 

Los oficiales del gobierno filipino y de la embajada EEUU firmaron un acuerdo apresuradamente, que decía que el personal militar estadounidense bajo acusación debe mantenerse bajo el custodio de los Estados Unidos hasta que “todo procedimiento legal sea cumplido”, incluyendo las apelaciones, peticiones e interdictos, etc. 

Para la corte aceptar tal definición, hubiese puesto en acción otra cláusula del VFA: Que “todo procedimiento legal” tiene que ser cumplido dentro de un año. De lo contrario, todos los cargos serían inaplicables. Cuando la corte rehusó ese acuerdo, el comandante del Comando del Pácifico EEUU—no la embajada EEUU—anunció que todos los ejercicios militares en común estaban cancelados hasta que Smith fuera devuelto al custodio estadounidense. Además, él anunció que el militar de EEUU cancelaría todas las actividades humanitarias en las Filipinas.

El 4 de enero, George Bush nombró al Almirante William Fallon, el que había proclamado la amenaza en nombre del Comando del Pácifico—para dirigir el Comando Central EEUU. Ese comando encabeza todas las operaciones militares de EEUU en Irak, el Medio Oriente, Asia Central y toda África.

Con esa amenaza tan patente, el gobierno de la de facto presidenta, Gloria Macapagal-Arroyo—quien procede de la provincia de Pampanga, donde están ubicadas las bases de Angeles City y Clark Air Base—se cedió. El 29 de diciembre 2006, en medio de la temporada navideña, Smith fue sacado rápidamente de la cárcel filipina, y regresado al custodio de EEUU, a la embajada cerca del mar.

Nicole y sus abogados entablaron un reclamo tras otro, pidiendo a la corte que declararan a Smith como fugitivo de la justicia, pidiendo que los oficiales gubernamentales fueran citados por desacato a la corte, pidiendo que el Artículo 5, párrafo 6 del VFA fuera declarado inconstitucional. Desde afuera, en las calles, las mujeres marcharon, y la juventud y los estudiantes manifestaron y chocaron con la policía. El jefe de la comisión presidencial sobre asuntos del VFA, o renunció o fué despedido, según Macapagal-Arroyo, por haber denunciado la decisión de regresar a Smith al custodio estadounidense.

Smith había sido encarcelado por sólo 30 días en total.

Los ejercicios militares en común comenzaron de nuevo en febrero. El Comando del Pácifico EEUU anunció que los Marines trabajarían en obras humanitarias en la ciudad de Jolo, en la isla de Sulu, en el área de Mindanao, separada por sólo una franja estrecha del mar de los campos petroleros de Indonesia y Malasia.

¿Por qué Jolo? Al fin y al cabo, los dos ciclones que pegaron a las Filipinas recientemente pasaron por Bicol, al norte y muy lejos de Mindanao. 

Es porque Jolo es territorio de los musulmanes filipinos. Queda cerca de Malampaya y las reservas de gas natural, cuyos campos han sido tomados por Texaco. Recientemente petroleo fue descubierto bajo las reservas de gas. Inmediatamente después de acquirir las reservas de Malampaya, la propiedad de gas aumentó por un 30 por ciento.

La plataforma de Malampaya fué construido por Halliburton.

Hay un ferry que lleva el personal de Malampaya a un lugar de temporada lujoso en Bataan. Entre los “lujos” ofrecidos ahí son las mujeres de las Filipinas. 

Así es la triste historia de Nicole. Así es la triste historia de las mujeres de las Filipinas. Y así es la triste historia de un archipiélago de 7.100 islas cuya única culpa fue de ser muy rica en recursos naturales, mientras su gente era muy pobre, los llamados líderes, muy débiles y muy hambrientos de dinero y su mas fuerte aliado, los Estados Unidos de América, bueno, usted agregue el adjetivo.

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