El 6 de agosto de 1945, en los últimos días de la Segunda Guerra Mundial, el ejército de Estados Unidos arrojó una bomba atómica en Hiroshima, Japón, que mató instantáneamente a 80.000 civiles.
El 9 de agosto de 1945 arrojó otra bomba atómica en Nagasaki, Japón, matando otros 100.000 civiles. En los años siguientes, cientos de miles más murieron como consecuencia de la lluvia radioactiva y otros efectos secundarios.
Un principal modelo de “el misil Taepodong” provado por Corea del Norte. Photo: Korean Central TV/Reuters |
En los 61 años desde que esas bombas fueron arrojadas, el gobierno de Estados Unidos—el único gobierno que jamás ha utilizado esas armas destructivas inimaginables—ha amenazado repetidamente con lanzar una guerra nuclear contra paises que resisten el dictado de Washington.
En las seis décadas pasadas, sucesivos regímenes estadounidenses han gastado trillones de dólares produciendo y perfeccionando su vasto y letal arsenal de armas nucleares, el cual consiste en aproximadamente 10.000 ojivas de proyectil nuclear.
Estados Unidos declara su derecho de asestar el primer golpe nuclear
Bajo la administración Bush, el Pentágono ha adoptado la política de ataque nuclear preventivo a naciones nucleares o no nucleares por igual. En marzo del 2006, la administración Bush reafirmó esta política en una estrategia de seguridad nacional actualizada.
37,000 soldados de Estados Unidos, están instalados en Corea del Sur, amenazando al Norte y a China. Photo: Kim Jae-Hwan/AFP |
La administración Bush se ha movido para aumentar el nivel de tecnología del programa de armas nucleares de Estados Unidos. La Doctrina del Pentágono del 2005 de Operaciones Nucleares Conjuntas llama al desarrollo de un Penetrador Terrestre Nuclear Robusto—popularmente conocido como “bunker busters”—para poder atacar blancos profundamente enterrados. Esta arma está siendo desarrollada teniendo en mente específicamente a Irán y a Corea del Norte.
La República Popular Democrática de Corea (Corea del Norte) e Irán tienen historias y culturas diferentes, diferentes sistemas políticos, y sistemas económicos contrastantes. Pero tienen una cosa en común. Ambos han seguido caminos de desarrollo independientes del imperialismo estadounidense. Esa es la base de las amenazas repetidas de Estados Unidos contra sus soberanías.
Considerando la larga historia del gobierno estadounidense de cumplir con sus amenazas, estados bajo la mira del Pentágono se tienen que preparar para defenderse. Desarrollar la capacidad de responder a los ataques de Estados Unidos es su mejor y único poder de disuasión para evitar la guerra.
Con esa perspectiva, Corea del Norte anunció en febrero del 2005 que había manufacturado exitosamente armas nucleares.
La administración Bush, el Partido Demócrata, y los medios corporativos, le han hecho creer a los trabadores estadounidenses que el desarrollo de armas nucleares en Corea del Norte de alguna manera está poniendo en peligro a los pueblos del mundo.
Ellos estimulan campañas racistas para describir a los líderes de Corea del Norte —especialmente a Kim Jong Il—como lunáticos incontrolables a los que no se les pueden confiar armas sofisticadas. El 4 de junio en Singapur, el Secretario de Defensa Donald Rumsfeld reiteró que Corea del Norte es un “régimen bribón” que busca “intimidar a sus vecinos” con “misiles balísticos”.
En realidad, la administración Bush busca castigar a Corea del Norte por desafiar al imperialismo estadounidense en Asia. Corea del Norte se encuentra entre los notorios “Ejes del Mal” de Bush porque por más de 50 años ha peleado, condenado y resistido a los deseos de EEUU en la región.
El Blanco: La revolución coreana
La revolución coreana comenzó como una guerra de resistencia contra el colonialismo japonés. A fines de la Segunda Guerra Mundial, estableció un estado de trabajadores en el Norte—derrocando la relación de propiedad capitalista, proporcionando educación y cuidado de salud gratuitos, y encaminando a la nación hacia un desarrollo socialista independiente.
Esos logros llegaron a pesar de la matanza de la guerra de Estados Unidos contra Corea del 1950 al 1953. Por ejemplo, cada edificio de más de un piso en la ciudad capital de Pyongyang fue nivelada en bombardeos masivos diarios. Tres millones de coreanos murieron en esa guerra.
Los logros de la revolución coreana se mantuvieron en claro contraste con el régimen militar de Corea del Sur y otros estados clientes en la región apoyados por Estados Unidos y caracterizados por una repugnante desigualdad y condiciones de vida miserables.
En décadas recientes, la economía de Corea del Norte ha sufrido mucho debido al colapso del bloque socialista, a la sequía, y al constante bloqueo estadounidense. Pero la supervivencia del estado de Corea del Norte, a pesar de la presencia hostil de 37.000 tropas estadounidenses en sus fronteras del sur, se levanta como un enérgico recordatorio de la tradición revolucionaria de la región.
La meta de Estados Unidos es debilitar y aislar a Corea del Norte, abrir sus puertas a los estragos del mercado mundial capitalista, y revertir los logros hechos a través de décadas de construcción socialista.
Aumentando las amenazas de Estados Unidos
En junio, la administración Bush renovó sus ataques contra Corea del Norte, demandando que detenga todo su programa de misiles balísticos. Bush, Condoleezza Rice, y otros en la administración se apuraron a condenar las pruebas de misiles de largo alcance de Corea del Norte como un “acto provocador” que amenazaba “la paz y la estabilidad” en la región. (Prensa Asociada, 28 de junio)
El 21 de junio, la armada estadounidense movilizó barcos de guerra hacia la costa de Corea del Norte para “derribar” cualquier misil lanzado. Peter Rodman, secretario de defensa asistente para asuntos de seguridad internacional, admitió “Tenemos una capacidad de defensa de misiles y Corea del Norte estaba en nuestra mente cuando diseñamos esa capacidad.”
El 22 de junio, William Perry y Ashton Carter—el secretario y subsecretario de defensa en la administración de Clinton—publicaron un informe llamando a Bush a lanzar un asalto militar inmediato contra Corea del Norte por haber desarrollado misiles de largo alcance.
En meses recientes, el Pentágono ha aumentado notablemente el número de vuelos de aviones espías contra Corea del Norte. De acuerdo a informes de Corea del Norte, aviones estadounidenses volaron 220 misiones espías en junio solamente.
Los norcoreanos denunciaron que el Pentágono comenzó a conducir sus juegos de guerra bienales con los aliados del Borde Pacífico el 25 de junio. Mucho más que simplemente probar a las armas, un componente principal de los ejercicios conjuntos fue la de practicar invasiones estadounidenses a Corea del Norte y China. Esos juegos simulan el uso de armas nucleares.
La fecha fue una bofetada en la cara para todo el pueblo norcoreano. El 25 de junio de 1950 fue el día en que la península de Corea estalló en guerra. En unos días, el ejército de Estados Unidos coordinó una invasión por 26 naciones bajo la bandera de las Naciones Unidas.
Elegir el 25 de junio como el día de “juegos de guerra” coordinados, haciendo de blanco a Corea, llegó al extremo de provocación. ¡Sin embargo, es a Corea del Norte a la que se la rotula como “fuera de control” y provocativa en los medios de EEUU!
En una conferencia de prensa conjunta con el Primer Ministro de Japón Junichiro Koizumi en Washington, D.C., George Bush dijo “Ustedes saben, el líder de Corea del Norte va a tener que tomar una decisión ¿quiere aislarse del mundo o está interesado en ser partícipe activo entre las naciones del mundo que quieren a sus pueblos y desean la paz?”
Japón, todavía ocupado por cientos de miles de tropas estadounidenses 61 años después del fin de la Segunda Guerra Mundial, continúa subordinado al imperialismo estadounidense. En años recientes, los militares de Estados Unidos y Japón han aumentado su coordinación en el Pacífico. El 16 de junio el parlamento japonés pasó una ley que sirve como precursora a sanciones económicas contra Corea del Norte.
El gobierno de Estados Unidos ha tenido sanciones económicas contra la República Popular Democrática de Corea desde el 1951.
Los políticos estadounidenses hablan sobre un “diálogo,” “paz” y “estabilidad en el Norte de Asia,” pero los generales se están preparando simultáneamente para una guerra nuclear en la región. Esta contradicción debe ser llamada por lo que es: un doble estándar evidente y una forma extrema de arrogancia imperial.
Es el imperialismo estadounidense, no Corea del Norte, que trata de provocar una guerra en la península coreana. Mientras que Corea del Norte ha propuesto repetidamente un plan de reunificación pacífica, la administración Bush trata de solventar el estancamiento de la Guerra de Corea—la cual es técnicamente constante, debido al rechazo continuo de EEUU de firmar un tratado de paz—con una contrarrevolución a gran escala en Corea del Norte a cualquier costo.
El pueblo norcoreano ha respondido a las amenazas estadounidenses organizando enormes movilizaciones en todo el país. Desafiando los juegos de guerra de EEUU que comenzaron ese día, el 25 de junio fue celebrado en Corea del Norte como el día “de lucha contra el imperialismo de EEUU.” El día conmemoró los civiles coreanos muertos por Estados Unidos y los soldados de Naciones Unidas en los cuatro años de la Guerra de Corea.
En el mitin del 25 de junio en Pyongyang, Pang Chol Gap, presidente del Comité de la Ciudad del Pueblo de Pyongyang dijo:
“Estados Unidos ha perseguido persistentemente su política hostil para aislar y sofocar a la República Popular Democrática de Corea y provocar otra guerra en su contra, manteniendo a Corea del Sur bajo la ocupación militar por más de 50 años.
“Estados Unidos se está equivocando seriamente si piensa que puede poner al pueblo coreano de rodillas y realizar sus ambiciones de dominación y agresión por medio de sus practicas arbitrarias y la fuerza”, dijo.