Ciudad Ho Chi Minh, 2005 Photo: Walter Teague |
Hoy Vietnam goza del segundo índice de crecimiento económico más rápido después de China, con un promedio de 7.5 por ciento en los cinco años pasados. A mediado de 1980, aproximadamente un 70 por ciento de la población vivía bajo la pobreza. Para el 2002, la figura bajó al 29 por ciento. Esto incluye un declive dramático en la “pobreza extrema” según la definión de las Naciones Unidas. Para el 2010, el Banco Mundial estima que ese índice disminuirá en la mitad otra vez.
Según el Primer Ministro Phan Van Khai, la meta es “transformarse en un país industrial para el 2020,” y después eliminar completamente la pobreza.
Con un ingreso nacional per capita de aproximadamente $500, el país es todavía muy pobre bajo cualquier estándar. Pero de acuerdo al Partido Comunista de Vietnam, que está guiando el crecimiento económico, esta figura se duplicará para el 2010.
La inflación, que fue de 700 por ciento hace 20 años, está bajo control, pero fluctúa. Los productos alimenticios son abundantes. El comercio exterior se está expandiendo rápidamente.
Hoy, la población de Vietnam es de 83 millones—más del doble de la población de 1975. Esto sitúa a Vietnam en el lugar 14 de los países más poblados en el mundo. La mitad de la gente es menor de 25 años, sin memoria directa de la guerra.
Hoy la ciudad Ho Chi Minh es una municipalidad vibrante con muchos edificios nuevos y proyectos de construcción. Una señal de progreso en una sociedad que solo dos décadas anteriores estaba experimentando dificultades económicas catastróficas y hambre, son las 3 millones de motocicletas que circulan por las calles de la ciudad, haciendo el cruce de algunas calles una aventura.
Mientras que alberga al 6.6 por ciento del pueblo vietnamita, la ciudad crea más del 20 por ciento del producto doméstico bruto del país y es responsable por el 30 por ciento de la producción industrial, y el 40 por ciento de las exportaciones, mientras que genera un 32 por ciento del presupuesto estatal, de acuerdo a Nguyen Minh Triet, secretario del comité del Partido Comunista de la ciudad. También Vietnam es centro cultural, científico y de información tecnológica donde llegan turistas de todo el mundo y además el lugar del primer mercado de acciones del país. El gobierno informa que ningún residente de la ciudad vive bajo el nivel anual de pobreza de $200 por persona.
Los logros de Vietnam son remarcables considerando la devastación sin precedente que sufrió en los 35 años de guerra contra la ocupación japonesa (1940-45), el colonialismo francés (1945-55) que fue reimpuesto después de que Japón fue derrotado, y después el imperialismo estadounidense.
Solo en la guerra estadounidense, Vietnam—del tamaño del estado de Nueva York y Oklahoma combinados—fue blanco de por lo menos 8 millones de toneladas de bombas arrojadas por aviones de EEUU. La mayoría de la infraestructura civil e industrial fue nivelada y más del 60 por ciento de las villas y aldeas del país fueron diezmadas.
Comunas de granjas fueron blanco de bombardeos. Hanoi y otras grandes ciudades sufrieron daños serios. En la campaña del entonces General de las Fuerzas Aéreas Gen. Curtis LeMay “bombardéalos” para regresar a la edad de piedra”, Estados Unidos dejó caer más bombas que todo el tonelaje arrojado por todos los países juntos durante la Segunda Guerra Mundial. Afortunadamente, Vietnam recibía considerable ayuda durante la guerra por las naciones socialistas, principalmente de la Unión Soviética y China, lo cual contribuyó a la supervivencia del país bajo circunstancias horrendas.
La hostilidad no terminó en 1975
La guerra de Estados Unidos contra Vietnam no terminó cuando el Presidente Richard Nixon fue forzado a retirar las tropas en 1973 ni cuando el ejército títere del sur apoyado por el Pentágono se derrumbó en 1975. Washington continuó sus hostilidades, transformando su guerra de bombardeo en casi 20 años de guerra política y económica con la intención de prevenir que Vietnam se recuperara.
Durante las negociaciones de Paz de Paris de 1973, Nixon prometió al Primer Ministro Pham Van Dong por escrito que Estados Unidos le pagaría a Vietnam $3.5 mil millones en reparaciones. El gobierno de Hanoi contaba con esas reparaciones para ayudar a reconstruir su sociedad hecha añicos. Pero la promesa resultó ser falsa.
Después de que el régimen sustituto de Washington en Saigón se desintegrara, la Casa Blanca cambió sus reglas de comercio para que cualquier exportación a Vietnam por parte de compañías estadounidenses o sus subsidiarias en el extranjero debían ser aprobadas por el Departamento de Estado. Esto equivalía a sanciones informales.
Después, el gobierno estadounidense le dio instrucciones al Banco Mundial—entonces encabezado por el ex Secretario de Defensa Robert McNamara—para suspender becas agrícolas, necesitadas desesperadamente por Vietnam. Esto influenció otras agencias internacionales a distanciarse de las necesidades de posguerra de Hanoi. Además, Washington congeló los activos de Hanoi en los bancos estadounidenses, unos $70 millones. Esto era cambio sencillo para el gobierno de EEUU, pero fondos de supervivencia sumamente necesitados por Vietnam.
Peor aun, en febrero de 1979, China invadió a Vietnam. Esta desafortunada confrontación tuvo lugar después de que Hanoi decidió marchar hacia Camboya, el aliado de China, para sacar del poder al Khmer Rouge después de soportar repetidas provocaciones de acciones militares en el suelo vietnamita.
El asalto chino fue rechazado relativamente rápido por el poderoso ejército vietnamita, pero no antes de que China causara una considerable destrucción, acrecentando el infortunio económico de Vietnam. Estados Unidos, entonces en una alianza tácita con China contra la Unión Soviética y buscando una contra Vietnam, subsecuentemente ajustó los tornillos económicos a Hanoi.
Respondiendo a los deseos de Estados Unidos en 1979, Gran Bretania presionó exitosamente a la Comunidad Europea para interrumpir su ayuda a Vietnam. La ayuda consistía en un envío suficiente de leche para alimentar a los niños de Vietnam, ya que los animales de las granjas murieron durante las guerras y Hanoi no había podido aun reemplazarlos.
Dos años después, con Ronald Reagan en la Casa Blanca, Washington prohibió a grupos humanitarios y agencias estadounidenses el envío de ayuda no solo a Vietnam pero a Laos y Camboya socialistas también, tres países pobres que antes constituían la Indochina “francesa.” Ahora las sanciones eran casi totales.
Un cambio hacia el Mercado
A mediados de 1980, las relaciones entre Beijing y Hanoi eran tirantes. La Unión Soviética y el bloque socialista de Europa oriental estaban a punto del colapso. Para recuperarse, Vietnam, esperaba ayuda de sus dos benefactores socialistas en los tiempos de guerra, pero confrontaba un dilema terrible. Dos planes económicos de cinco años fallaron consecutivamente, poniendo tremenda presión en las tierras del país recientemente colectivizadas. Algunos temían de que todo por lo que habían luchado se iba a perder.
Después de que el líder chino Mao Zedong murió en 1976, el Partido Comunista chino se fue hacia la derecha, abrazando una serie de reformas de mercado y exhortando a la población a “hacerse rica.” A mediados de 1980, el Partido Comunista de la Unión Soviética se embarcó en las reformas de la “perestroika” que también dependían fuertemente de los lugares de mercado capitalista.
En este clima, el liderazgo del Partido Comunista de Vietnam decidió que la única forma de salir de estos problemas económicos agobiantes era desarrollar su propia versión del llamado “socialismo de mercado.” La decisión de proceder en esta dirección fue tomada en 1986 después de una lucha considerable dentro del partido. Oponentes la consideraban un debilitamiento para las bases de la sociedad socialista. Me dijeron que ecos de esos argumentos entre el Partido Comunista de Vietnam resonaban por muchos años y continúan hoy en alguna forma.
Vietnam llamó a las reformas Doi Moi, usualmente traducidas como renovación. La implementación de la transición desde una economía socialista planeada por el estado a lo que hoy se le llama “un multi-sector de economía de mercado” con una orientación socialista bajo el manejo del estado” comenzó cerca de 20 años atrás.
El modelo Doi Moi incluye un incentivo interno y las inversiones extranjeras privadas. Los sectores de propiedad del Estado y de las cooperativas existen junto al sector privado. Los negocios apoyados por el estado difieren de las empresas socialistas del pasado. Ellas operan con autonomía, compiten entre ellas y con el sector privado, tienen puestos sus precios por la oferta y la demanda, y compensan al estado por sus inversiones pagando impuestos. Incluso con el planeamiento del estado la mayoría del sector socialista es obligado a las prácticas del mercado en muchas áreas.
En algunas áreas, pareciera que Hanoi está invirtiendo mucho dinero en construir el sector del estado—una indicación concreta, me dijeron, de continuar con las intenciones socialistas. Los trabajadores en empresas del estado parecieran ganar mejores salarios y beneficios. Las uniones parecen más fuertes y defienden los derechos de los trabajadores en todos los sectores de la economía. También existen muchas organizaciones de masa para poner presión al gobierno y al Partido Comunista de Vietnam.
El Partido Comunista de Vietnam todavía tiene la meta de construir una sociedad socialista, a pesar de la introducción de empresas privadas e inversiones junto con los sectores cooperativos y las empresas del estado. Está identificado en su plan del 2001-2010 de “Sacar al país del subdesarrollo, mejorar notablemente la vida material, cultural y espiritual del pueblo, y preparar las bases para llevarlo hacia un país moderno orientado a la industrialización para el 2020.”
Sin embargo, el Partido Comunista de Vietnam, reconoce que la propiedad privada lleva a la desigualdad económica y a una significante disparidad entre las áreas urbanas más ricas y las áreas mas pobres del campo altamente pobladas. Nguyen Phu Trong del Comité del Concilio Teórico del Partido Comunista de Vietnam, nota que “es necesario diseñar medidas efectivas para limitar el fenómeno negativo de la economía de mercado incluyendo puras ganancias, competencia feroz, explotación excesiva y división entre los ricos y los pobres” Algunas de esas medidas han sido o no presentadas.
La agricultura juega un papel importante en la sociedad vietnamita, pero ahora está basada en unidades familiares, no en colectivas ni en granjas cooperativas como en el pasado. Granjas familiares alquilan sus tierras al estado a largo plazo y venden sus productos en el mercado abierto.
El desmantelamiento del sector de las granjas cooperativas y del estado, es una partida significante de los métodos socialistas, que enfatizan las cooperativas y formas comunales de labor agrícola, como una forma de levantar la eficiencia y la solidaridad con la clase trabajadora urbana. Pero las reformas han aumentado la producción en una sociedad donde el hambre era un serio problema hace 20 años.
Mural celebra el aniversario 30 de la liberación de Vietnam. Photo: Hoang Dinh Nam/AFP/Getty Images |
Doi Moi ha convertido a Vietnam, anteriormente aislada, en un actor internacional de comercio. Vietnam ahora tiene acuerdos de comercio bilateral con Estados Unidos, y es miembro de la Asociación de las Naciones Orientales de Asia y del Área de Libre Comercio de ASEAN. Se espera que se unirá a la Organización Mundial del Comercio en los próximos uno a dos años, y Estados Unidos apoya su membresía. La OMC reducirá las tarifas que debe pagar de un 40 por ciento a un tres por ciento, haciendo que sea mucho más fácil vender sus productos.
Donde una vez no existía casi ninguna exportación, Vietnam ahora es el segundo exportador más grande de arroz en el mundo. También exporta petróleo crudo, maíz, papas, te, caucho, café, ropa, zapatos, soya, electrónicos y computadoras.
Los cinco países principales con inversiones capitalistas son de Asia; Francia es el sexto. Estos países están presionando a Vietnam para hacer mas concesiones al mercado, para reducir y deshacerse por completo del sector del estado (socialista), controlar las uniones, eliminar el “red tape,” reorganizar sus tarifas y el sistema bancario, y más.
La influyente revista Economista, mientras que alaba el progreso de Vietnam, se queja que está “adicta a la empresa pública [socialista].” Newsweek, igualmente, maravillándose del regreso de Vietnam, simplemente no puede entender porque aun se “aferra” al socialismo. Sin duda la comunidad capitalista internacional no se sentirá totalmente segura sobre el aumento de sus inversiones hasta que Hanoi se deshaga de la porción socialista de su economía.
Junto con las ganancias también regresaron algunos reveses. Está aumentando la desigualdad en una sociedad socialista que era extremadamente igualitaria. Hay algunos ricos vietnamitas, hasta ahora, pero hay una creciente clase media con más dinero para gastar que la clase trabajadora y los granjeros en distritos rurales. Hay un grado de corrupción en el gobierno y en el partido, lo cual el Partido Comunista de Vietnam admite y lucha en su contra. Ha admitido que algunos oficiales en el liderazgo se han enriquecido a través de los años, y que el soborno toma lugar a nivel medio en algunas instancias.
Los servicios sociales han sido recortados, pero me dijeron que algunos de los que fueron recortados en los primeros días de Doi Moi fueron restaurados. Los trabajadores de las compañías con capital extranjero tienen mas dificultades que los trabajadores del estado o en el sector cooperativo. El desempleo urbano y el empleo irregular existen a pesar de que el porcentaje está en disputa. Y otras enfermedades asociadas con las sociedades capitalistas—drogadicción, prostitución y crimen organizado—se puede encontrar ahora en las calles de la Ciudad Ho Chi Minh.
Un problema futuro es el potencial de una erosión de los estándares socialistas y la ideología por el individualismo y la codicia intrínsicamente asociada con la gran inyección del capitalismo en la sociedad socialista. Mientras que el Partido Comunista firmemente retiene su liderazgo de estado y del ejército, el crecimiento de la clase capitalista dentro de la sociedad con orientación socialista crea contradicciones y siembra las bases para un aumento de lucha de clase.
Habiendo dicho eso, Vietnam continúa haciendo importantes progresos en áreas sociales como la educación, el cuidado de salud, la alfabetización. Por ejemplo, el número de clínicas de salud en las villas excede aquellos de la rica China, Tailandia e Indonesia.
El regreso del experimento de Vietnam con desarrollo todavía no ha llegado—lo cual los comunistas vietnamitas son los primeros en admitir. Muchos anti-imperialistas y partisanos del desarrollo socialista futuro de Vietnam están preocupados por la dependencia de los mecanismos capitalistas en el camino hacia el socialismo. Eso no es minimizar las enormes dificultades que Vietnam ha enfrentado como un país pobre tratando de desarrollarse después de una guerra devastadora en un mundo con un hostil medio ambiente.
Para los que como nosotros nos preocupamos por Vietnam—no sólo por sus increíbles pruebas y triunfos de la era moderna pero porque deseamos ver que el país prospera como una sociedad socialista—solo pueden observar cuidadosamente la situación y continuar expresando nuestra solidaridad por sus metas en construir el socialismo bajo condiciones de dificultades extremas.
El autor estaba entre las 50 personas de 20 países invitados por el gobierno de Vietnam para participar en las ceremonias de aniversario en la Ciudad Ho Chi Minh para conmemorar la liberación de Vietnam del Sur que llevo a la reunificación. El fue invitado principalmente por servir como editor del Guardian, un periódico semanal en Estados Unidos durante la guerra. El periódico ofreció un constante apoyo en la lucha por la liberación y la independencia vietnamita. Mucho de los datos en este artículo están basados en discusiones y presentaciones durante el viaje.