Los trabajadores de Venezuela están dando grandes pasos en su lucha contra el impulsor de la ganancia y la explotación capitalista, pero todavía queda mucho por delante. El futuro del poder obrero fue un tema constante en el mitin enorme del Primero de Mayo en Caracas.
Al dirigirse a la multitud, el presidente Hugo Chávez declaró, “este sólo es el comienzo del proceso, apenas estamos empezando a construir un nuevo estado, instituciones y una nueva sociedad. … Apenas estamos dando los primeros pasos en la nueva economía, en la producción, en las relaciones de propiedad, o sea que todavía no debemos tener ninguna ilusión y todavía no debemos cantar victoria. … El sistema capitalista no nos permite que implementemos nuestra constitución, o el proyecto político, económico y social que nosotros queremos”. (Venezuela-solidarity.org, 4 de mayo).
Chávez concluyó, “Nosotros necesitamos romper todas las cadenas que nos atan al pasado.”
Mientras el proceso revolucionario en Venezuela está cambiando hacia la izquierda, y se profundizan sus bases obreras, todavía falta mucho para que termine. La confrontación entre la revolución y la contrarevolución se está manifestando como una lucha por el liderazgo del movimiento laboral.
El Primero de Mayo, día internacional de los trabajadores, cientos de miles de trabajadores afiliados a la Unión Nacional de Trabajadores, UNT, marcharon en Caracas, la capital venezolana, para apoyar la “Revolución Bolivariana” dirigida por el presidente Hugo Chávez. Una demostración más pequeña dirigida por la Central de Trabajadores Venezolanos (CTV), marcharon en oposicion al proceso revolucionario de Chávez.
Por décadas, la CTV ha socavado los intereses de la clase obrera en Venezuela. Está jugó un papel en la lucha que derrocó la dictadura de Marcos Pérez Jiménez en 1958. Pero poco después se convirtió en aliada del gobierno y de los dueños de empresas, especialmente el Partido de Acción Democrática, uno de los dos partidos tradicionales que dominaron la política venezolana hasta la elección de Chávez.
A finales de los ochenta y principios de los noventa, el gobierno venezolano desató una ola de privatizaciones y reformas neoliberales que devastaron a la clase obrera y a los pobres. Severas medidas de austeridad bajaron los niveles de vida de la población y encendió una rebelión espontánea en 1989 conocida como el Caracazo.
Durante ese período, la CTV se unió con la Federación de la Cámara de Comercio—la organización de los dueños y empleadores—y el gobierno para formar un “movimiento tripartito” traicionando directamente al pueblo de Venezuela.
Esta alianza fue la base para la participación de la CTV en el golpe de estado en abril del 2002, el cual derrocó a Chávez por 48 horas. El fué restituído al poder por el pueblo de Venezuela y por miembros de bajo rango del ejército. Las caras principales del golpe fueron Pedro Carmona de la Federación de la Cámara de Comercio y Carlos Ortega, director de la CTV.
Un desafió radical
La federación laboral pro-Chávez, la UNT, la cual organizó la otra manifestación más masivas del Primero de Mayo, presenta un desafió radical a la CTV, la cual surgió de la lucha contra las políticas reaccionarias de la CTV dentro de los sindicatos. Muchos de los líderes de la UNT eran miembros de la Fuerza Bolivariana de los Trabajadores (FBT), una corriente radical que existía en la CTV y la cuál luchó contra sus politicas reaccionarias. Cuando se hizo evidente que reformar la CTV no era posible, las fuerzas de la FBT se movilizaron para crear una nueva federación laboral que lucharía por los verdaderos intereses de los trabajadores.
La UNT fue oficialmente formada en abril del 2003 después de que los jefes y los burócratas de la CTV dejaron a los trabajadores fuera de las empresas y los negocios en otro intento por destruir el proceso revolucionario bolivariano. Este paro duró desde diciembre del 2002 hasta febrero del 2003.
En noviembre del 2004, Marcela Máspero, una líder de la UNT, le habló a un grupo de trabajadores canadienses y les dijo, “Esta vez, nuestra federación actuó desde una perspectiva de clase y desde la perspectiva de los trabajadores. Nos dirigimos hacia las puertas de la planta, nos detuvimos en las puertas y dijimos: ‘¡Abran estas puertas; estos trabajadores quieren trabajar!’”
Este es el sello del nuevo sindicato nacional. Tiene sus raíces en la lucha por la defensa de la revolución bolivariana que les ha proveído alfabetización, programas de trabajo, cuidado de salud, y otros servicios al 80 por ciento de los venezolanos que viven en la pobreza.
La UNT ha participado en la organización y en la formación de nuevos sindicatos en las industrias y en los lugares de trabajo donde la CTV ha perdido la confianza de los trabajadores. Durante la demostración del Primero de Mayo, Francisco Torrealba, coordinador nacional de la UNT dijo, “Nosotros le damos la bienvenida a las expresiones genuinas de la clase obrera, que continúa ocupando cada día los espacios que la CTV deja vacíos”.
Aunque la UNT todavía se encuentra en el proceso de desarrollar su estructura interna, el momento sigue aumentado dentro de la clase obrera de Venezuela.
En el 2004, los trabajadores de diferentes industrias votaron en ocho referéndums para reemplazar el sindicato de la CTV con un nuevo sindicato y nuevos miembros en la UNT. (Venezuela-analysis.com)
Según el Ministerio de Trabajo, en el año 2003 y 2004, el 76.5 por ciento de las negociaciones colectivas fueron firmadas con los sindicatos afiliados a la UNT, mientras que solo 20.2 por ciento fueron firmadas con sindicatos afiliados con la CTV. La disparidad entre esas dos figuras es el resultado de la dominación de la UNT en el sector público. Pero aún en el sector privado, donde la CTV tiene mayor fuerza, el 50.3 por ciento de los acuerdos fueron firmados con la UNT mientras que el 45.2 por ciento fueron con la CTV. En el estado empresarial de Carabobo, ha habido 27 referéndums de acuerdos colectivos—la UNT ha ganado 22 de ellos.
Esto revela ambos, la pérdida de la confianza en la CTV entre los trabajadores organizados y el momento creciente de la UNT. El llamado de la UNT a los trabajadores se ve reflejado en la creciente participación de los sindicatos. El índice total de afiliaciones a los sindicatos en el país ha aumentado desde un 11 por ciento en el 2001 hasta un 14 por ciento en el 2004.
La nueva energía de la UNT está dirigida a ambos, la defensa de los logros del proceso de la revolución bolivariana y la lucha por las necesidades de la clase obrera venezolana.
‘El año del trabajo’
Según el diario venezolano El Nacional, el 2005 “será el año del sector laboral.” La administración de Chávez ya ha aumentado el salario mínimo en un 26 por ciento para los trabajadores urbanos y 40 por ciento para los trabajadores rurales. El salario mínimo ha sido aumentado cada Primero de Mayo desde que se adaptó la nueva constitución. Pero por primera vez, el salario mínimo de los trabajadores rurales es igual al de los trabajadores urbanos.
La administración de Chávez también ha aumentado la seguridad de los trabajos y ha expandido el programa de seguridad social para las personas mayores de edad. Todo esto es además de los programas Misiones que han brindado acceso a la educación, cuidado de salud, trabajos y comida para los pobres y la gente trabajadora.
El gobierno de Chávez ha dirigido una lucha revolucionaria contra la burguesía dándole poder a las masas. Las reformas y la defensa de esos logros han sido llevadas a cabo por los mismos trabajadores y por la gente pobre.
El 18 de enero, la Ministro del Trabajo, Maria Cristina Iglesias, anunció que Venezuela ha creado Invepal, una compañía estatal de producción de papel, reemplazando a Venepal, una compañía privada que se encontraba en la bancarrota. Esto se dió como respuesta a una larga lucha entre trabajadores de Venepal y las comunidades cercanas por el control de la fábrica de papel.
El 28 de abril, el gobierno de Venezuela publicó un decreto para la expropiación de la empresa constructora de válvulas. La constructora Nacional de Valvulas, que será reemplazada con el nombre de Empresa Endógena Nacional de Válvulas (Inveval). El estado venezolano será dueño del 51 por ciento de la compañía mientras que el 49 por ciento será de la cooperativa de trabajadores (El Universal, 28 de abril). La fábrica había sido ocupada por los trabajadores que demandaban control de la producción. Estos trabajadores no habían recibido sueldos por sus trabajos por casi dos años.
En la celebración que siguió al anuncio de la expropiación, un trabajador dijo, “Ahora empieza la verdadera lucha que moverá hacia delante este modelo y demostrará que es lo que trabaja en contra del sabotaje de los grandes capitalistas y de la burocracia.” (Aporrea.org, 5 de mayo).
Este sistema de gerencia compartida también ha sido introducido en industrias dirigidas por el estado como en el caso de la planta estatal de procesamiento de aluminio Alcasa, localizada en el estado industrial de Bolívar. Alcasa había sido amenazada con la privatización. La fuerza laboral había sido reducida, y a pesar del potencial de ganancias, la compañía había estado “en rojo” por 16 años a causa de una gerencia corrupta.
En enero del 2005, los trabajadores demandaron que la gerencia fuera reorganizada y que fuera introducido un sistema de gerencia compartido. Ahora la planta es dirigida por una gerencia de trabajador—gerente, y dos representates de los trabajadores que están sirviendo un término de tres meses, hasta las elecciones formales.
Trino Silvio, Secretario General del Sindicato de Alcaza habló acerca de algunas de las propuestas que el sindicato estaba discutiendo en una entrevista con la periodista Marta Harnecker el 28 de marzo.
Las propuestas incluían una junta directiva de 14 personas representantes de los trabajadores, el gobierno y la comunidad. Además ellos propusieron que el gerente no debería recibir ningún aumento salarial, y que no debería haber ningún privilegio asociado con esa posición.
Revelando la perspectiva del renaciente movimiento laboral hacia el proceso revolucionario bolivariano, Silva dijo, “En el 2003, Alcasa gastó 18 mil millones de bolívares en pago a clínicas privadas para el cuidado de salud de los trabajadores y de sus familiares; el año pasado, se gastaron 24 mil millones. ¿Que le decimos a esto? Si se está gastando tanto dinero en el cuidado de salud, y el sindicato es dueño de las tierras en Citralcasa Curagua, ¿porqué no le entregan la tierra al estado para construir una clínica pública no sólo para los trabajadores de Alcasa si no también para toda la comunidad?
“Queremos doctores cubanos trabajando en estas clínicas cuyo principal objetivo sea el cuidado de la vida humana…también queremos doctores venezolanos con la misma mentalidad.” (Venezuela-analysis.com, 28 de Marzo)
La gerencia compartida no es socialismo. Es una reforma radical que avanza hacia el control de los trabajadores dentro de sus lugares de trabajo. Es un paso hacia delante para los trabajadores en Venezuela. Como primer paso, el socialismo expropiaría las fábricas y otros medios de producción que actualmente están en las manos privadas de la clase capitalista.
La cuestión de la gerencia compartida—sus beneficios y limitaciones—está siendo detalladamente discutido y analizado por las fuerzas más progresistas en el movimiento laboral venezolano.
El 4 de abril, Orlando Chirino, uno de los siete coordinadores nacionales de la UNT, habló acerca de la gerencia compartida en una entrevista con aporrea.org. El dijo, “En este momento estamos pasando por esta fase. Pero nosotros debemos cuestionar las relaciones capitalistas de producción y avanzar hacia el socialismo. Hay realidades concretas, por ejemplo, la nacionalización de Venepal y mañana la nacionalización de la CNV. Hay elementos de control obrero, como lo hemos visto claramente en Alcasa, donde el proceso ha llegado mucho mas lejos”.
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