Nelson Mandela in 1999. Photo: Todd Andersen |
Mandela fue uno de los fundadores de la Liga Juvenil del Congreso Nacional Africano, el brazo juvenil de la organización más importante en la liberación de Sudáfrica. En 1961, fundó Umkhonto we Sizwe (Lanza de la Nación), el brazo armado del Congreso Nacional Africano (CNA).
La liberación de Mandela fue la culminación de décadas de lucha contra el sistema racista del apartheid. Bajo ese sistema la población Negra no gozaba de ningún derecho político. A la población Negra de Sudáfrica, 80 por ciento de toda la población—sólo se les permitía vivir en reservaciones o “Bantustanes”, las cuales constituían el 13 por ciento de la tierra del país. Los blancos vivían en el 87 por ciento de las tierras más ricas. Todos los aspectos de la sociedad estaban completamente segregados. Toda la riqueza estaba en manos de los blancos.
Con el pasar de las décadas, la población Negra de Sudáfrica creó organizaciones de masa para poder luchar contra el apartheid. Una y otra vez, el pueblo se alzó contra la explotación racista. Y una y otra vez, la policía del gobierno junto al ejército masacraron a la gente en las manifestaciones. En 1960, 72 personas fueron muertas en Sharpeville. El 16 de junio de 1976, por lo menos 600 estudiantes fueron masacrados por la policía en Soweto. Durante la mayoría de los años 80, la población Negra vivió bajo ley marcial.
Al momento de ser puesto en libertad, Mandela se dirigió a una multitud extática. “Nuestra lucha ha alcanzado un momento decisivo,” les dijo. “Llamamos al pueblo a que aproveche este momento para que el proceso hacia la democracia sea rápido y sin interrupción”. También recordó las palabras que pronunció cuando lo condenaron a cadena perpetua en 1964. “Yo he abrigado el ideal de una sociedad libre y democrática en la que todas las personas vivan juntas, en armonía y con igualdad de oportunidades”.
¿Se ha realizado el sueño de Mandela quince años después de su liberación?
En 1994, después de manifestaciones masivas diarias y un movimiento de solidaridad mundial, el gobierno de la minoría blanca se vio forzado a llamar a elecciones democráticas. Por primera vez en la historia del país, blancos y negros votaron en las mismas elecciones. El CNA ganó fácilmente las elecciones y Nelson Mandela se convirtió en el primer presidente negro de Sudáfrica.
La Constitución de 1996
El resultado político más importante del fin del apartheid fue escribir una nueva constitución. Nelson Mandela firmó la nueva constitución el 10 de diciembre de 1996 en Sharpeville, para conmemorar la masacre de 1996 en esa ciudad. Todas las leyes que preservaba el dominio de la minoría racista fueron eliminadas.
La constitución de 1996 es reconocida ampliamente como una de las más avanzadas en el mundo capitalista. En ella se declara el “anti-racismo y el anti-sexismo” como los valores fundamentales del país. Las lenguas nativas que habían sido prohibidas bajo el apartheid no sólo fueron reconocidas sino también promovidas. La discriminación basada en la orientación sexual fue prohibida en la Carta de Derechos.
Al igual que en Estados Unidos, la constitución de Sudáfrica reconoce la libertad de asociación. Pero a diferencia con la de Estados Unidos, la Carta de Derechos garantiza el derecho “a congregarse, manifestarse u organizar piquetes” los cuales en Estados Unidos suelen ser reducidos o negados.
La promoción de la guerra o el racismo no está protegida. La constitución protege el derecho de participar en un sindicato. Reconoce el derecho a la vivienda y a un medio ambiente limpio.
La nueva constitución representó más que un sólo cambio de gobierno, como sucede en los países capitalistas. Significó la transformación total de toda la estructura política del país.
Más que eso, la mayoría Negra, antes privada de sus derechos civiles, ahora controla la estructura política del país. El Partido Nacionalista, un partido racista, que estuvo en el poder desde 1948 hasta 1994, hoy en día no existe. En las elecciones para la Asamblea Nacional del año 2004, el CNA ganó casi el 70 por ciento de la banca del congreso.
El Partido Comunista de Sudáfrica llama la política de transformación una “Revolución Nacional Democrática”.
Las contradicciones socials
South Africans protest against enforced teaching of Africaans in Cape Town’s segregated schools under apartheid. Photo: AFP/Getty Images |
A pesar de la transformación del sistema político de Sudáfrica, todavía existen contradicciones fundamentales en la sociedad. Permanece la propiedad privada de los medios de producción. Las riquezas permanecen en manos de unos pocos.
Los indicadores sociales básicos en Sudáfrica presentan un panorama poco prometedor. Las cifras de desempleo en el año 2004 eran cerca del 31 por ciento. Alrededor del 50 por ciento de la población vive bajo condiciones de pobreza.
La economía se mantiene en gran parte en manos de la antigua clase dominante blanca. De acuerdo al periódico City Press de Johannesburg (11 de mayo del 2003), el 98 por ciento de los ejecutivos de las empresas privadas sudafricanas durante el año 2002, eran blancos.
En 1995, inmediatamente después del fin del apartheid, los blancos controlaban 80 por ciento de toda la tierra usada en la agricultura. Hasta hoy, esa cifra no ha cambiado (AFP, 5 de octubre, 2004).
El gobierno sudafricano del CNA ha hecho esfuerzos para implementar lo que llama “Fortalecer la Economía Negra.” Dicho proyecto comenzó en el 2002 y está diseñado para incrementar el número de personas Negras dueñas de propiedad privada. Sin embargo no está diseñado para resolver las contradicciones sociales que afectan a la vasta mayoría de la población Negra de Sudáfrica.
La alianza tripartite
Muchas de esas contradicciones están formalizadas dentro del mismo gobierno. Desde los días de la lucha contra el apartheid, el CNA ha mantenido una alianza muy cercana con el Partido Comunista de Sudáfrica y con el Congreso Sindical de Sudáfrica. Estas tres organizaciones forman lo que se conoce como la Alianza Tripartita. El Partido Comunista de Sudáfrica, y el Congreso Sindical de Sudáfrica, juegan un papel clave dentro del gobierno del CNA.
De las tres organizaciones, el Congreso Nacional Africano es la más amplia. Su membresía incluye personas de todas los niveles sociales, incluyendo burgueses y gente que aspira a ser parte de la burguesía. El Congreso Sindical de Sudáfrica, como federación sindical, está dedicado al avance de los intereses económicos de la clase trabajadora.
El Partido Comunista de Sudáfrica está dedicado al socialismo, a pesar de que en la actualidad ve su papel como socio del “proyecto multi-clase”. “Cualquier compromiso con el capital existente y cualquier oportunidad que permita el surgimiento de una capa capitalista Negra deber estar estratégicamente basada en el desarrollo de las fuerzas productivas, la creación de empleos y la erradicación de la pobreza, como objetivos fundamentales de la Revolución Democrática,” de acuerdo al secretario general del partido Blade Nzimande. (Umsebenzi Online, 15 de diciembre del 2004)
Esta situación ha generado contradicciones políticas que reflejan el carácter multi-clasista del liderazgo político del CNA. El gobierno del CNA se ha comprometido en llevar a cabo un programa económico neoliberal que favorece al Fondo Monetario Internacional. Los servicios básicos han sido privatizados.
Los representantes de la clase trabajadora dentro de los límites de la Alianza Tripartita, están tratando de reconciliar intereses que son fundamentalmente irreconciliables. Lo que esto ha significado hasta ahora ha sido conectar el destino de la clase trabajadora a la clase capitalista y el desarrollo del capitalismo. Este es un callejón sin salida.
La lucha continua
La verdadera igualdadigualdad socialpara la población Negra de Sudáfrica no puede llevarse a cabo dentro de los límites del capitalismo. Ese es el principal desafió que enfrentan los revolucionarios de Sudáfrica. Es la razón por la cual hoy el comunismo permanece vivo en los campos y las minas a través de Sudáfrica.
La semilla de una nueva Sudáfrica puede verse hoy en las manifestaciones de los campesinos desplazados que luchan por la redistribución de la tierra. Se pueden ver en las huelgas y en las manifestaciones de los trabajadores demandando salarios dignos. La victoria de esas luchas puede conseguirse solamente tomando las riquezas controladas por la clase dominante blanca y reorganizando la sociedad basada en las necesidades de la vasta mayoría.
Sólo entonces, el sueño de Mandela será completamente realizado.