DESPUÉS de 45 años de agresión y bloqueo por parte de los Estados Unidos, Cuba puede estar enfrentando la amenaza más grande por parte del imperialismo estadounidense. La administración Bush está implementando un informe de la “Comisión Para Asistir a Una Cuba Libre”.
El informe de 480 páginas sobre los planes del gobierno de Estados Unidos para adueñarse de Cuba, fue revelado el 6 de mayo por la comisión, encabezada por el Secretario de Estado Colin Powell.
El informe describe medidas económicas y políticas diseñadas para asfixiar la economía de Cuba, que supuestamente ayudarían a “terminar rápidamente con la dictadura de Castro.”
Las medidas descritas en el informe comenzaron a implementarse el 30 de junio, y son ampliamente reconocidas como un aumento significativo en los 45 años de campaña de agresión por parte de los EEUU en contra de Cuba.
En Cuba, millones de personas respondieron con manifestaciones masivas, aconsejando al gobierno de los EEUU de no contemplar acciones militares u otras provocaciones peligrosas.
A pesar de que el gobierno de los Estados Unidos dice estar actuando para “liberar” al pueblo cubano, su principal blanco y víctima es precisamente el pueblo cubano, ambos los 12 millones de cubanos en la isla y también los cubano-americanos residentes en los Estados Unidos.
Algunas de las medidas implementadas incluyen serias restricciones sobre los derechos de los cubano-americanos de visitar a miembros de su familia en Cuba o enviar dinero, fondos de $59 millones de dólares destinados para crear y fomentar la subversión adentro de Cuba, vuelos militares emitiendo propaganda estadounidense de radio y televisión a Cuba, y el reforzamiento de sanciones en contra de cualquier entidad haciendo negocios con Cuba.
Estas agresiones nuevas por parte de la administración Bush vienen después de la invasión en Irak. Tan pronto como Irak fuera bombardeado y ocupado en la primavera pasada, el gobierno de los EEUU comenzó a amenazar a Cuba con seguir “el ejemplo de Irak.” En octubre del 2003 Bush anunció su comisión presidencial sobre Cuba.
El 6 de mayo del 2004, Roger Noriega, Secretario Asistente para Asuntos Hemisféricos, un rabioso partidario en contra de Cuba, y miembro de la comisión, ofreció una conferencia de prensa para resumir el informe de la comisión. Noriega dijo que los Estados Unidos no van a “esperar más para una Cuba libre, estamos trabajando para una Cuba libre.
“Esto no tiene precedente,” continuó Noriega. “Por primera vez, una administración estadounidense ha articulado una estrategia definitiva, decisiva e integrada que representa el compromiso nacional de ayudar al pueblo de Cuba y terminar con la dictadura de Cuba y preparar todo el apoyo para la transición democrática en formas específicas, explícitas y con sentido, una vez que la transición esté en camino.”
El grupo de trabajo de la comisión en el tema de “Acelerar la transición en Cuba,” incluye los Departamentos de Estado, Defensa, Seguridad de la Patria, Comercio, y Tesoro, así también como el Concilio de Seguridad Nacional, la Agencia de los EEUU para el Desarrollo Internacional, y la Comisión de Reclamos de Negociaciones Extranjeras.
Semejante plan coordinado, juntando tantos sectores del estado imperialista, debe ser considerado una amenaza ominosa.
Sin embargo, 45 años de bloqueo y agresión, a pesar del impacto fuerte en Cuba, han fracasado en forzar a la Revolución Cubana a la sumisión. La clase de las corporaciones y militares saben perfectamente que el bloqueo no ha dado fruto. Con todas sus mentiras sobre la dictadura cubana reprimiendo a su población, saben bién que la revolución goza de un apoyo enorme.
Por lo tanto, la parte mas esencial del informe de la comisión, — restaurar el capitalismo a través de una invasión, ocupación y contrarrevolución — se está escondiendo deliberadamente para evitar la oposición entre el pueblo de los EEUU que está cuestionándose cada vez más la “guerra sin fin” en Irak, Afganistán y en todas partes.
UNA CONSTANTE EN LA POLÍTICA EXTERIOR DE LOS ESTADOS UNIDOS
Tratar de destruir la revolución Cubana no es nada nuevo para el gobierno de los Estados Unidos. Ha sido parte de la política exterior de los Estados Unidos desde la administración de Eisenhower. En los primeros meses del año 1959, Eisenhower, el Pentágono y la CIA organizaron “Proyecto Cuba,” una estrategia encubierta, empleando sabotaje, asesinatos, bloqueo económico y terrorismo para destruir la revolución.
A través de los años, otras nueve administraciones de EEUU han confeccionado sus propias versiones de Proyecto Cuba, pero sus planes fracasaron. Mientras que las tácticas pueden haber variado de una administración a otra, el objetivo permanece intacto: la destrucción de la Revolución cubana.
Cada uno de los presidentes estadounidenses de la era post soviética — Bush I, Clinton y Bush II — prometió que sería el primer presidente que entraría a una “Cuba libre.” Ellos estaban convencidos de que Cuba caería después de la desaparición de la Unión Soviética. Cada uno de ellos creía que lo único que se necesitaba era otro empujón por parte de los EEUU.
En los años noventa, Cuba enfrentó su mas severa prueba a su sobrevivencia cuando 87 por ciento del comercio entre Cuba y el campo socialista desapareció abruptamente. Los imperialistas de los EEUU, por igual Demócratas y Republicanos, afilaron sus cuchillos para lo que ellos estaban seguros sería la muerte final.
Pero las organizaciones de masa revolucionaria de Cuba y el Partido Comunista, liderado por el Presidente Fidel Castro, hicieron una promesa de que la independencia y el sistema socialista serían defendidos hasta con la muerte si fuese necesario.
EL PERÍODO ESPECIAL EN CUBA VS. EL BLOQUEO ECONÓMICO DE LOS EEUU
Cuba tituló su lucha por la sobrevivencia el “Período Especial en Tiempos de Paz.” Con una detallada explicación a través de los medios masivos de comunicación y a través de discusiones en cada estrato de la sociedad sobre la situación económica y la lucha que se avecinaba, el pueblo se preparó políticamente para resistir.
La economía fue reorientada para introducir medidas limitadas al estilo capitalista, mientras mantenían los cimientos socialistas y los logros de la Revolución. Se alentaron inversiones de empresas mixtas entre firmes extranjeras y las entidades estatales, se desarrolló el turismo como recurso de divisa, y se permitió el empleo por cuenta propia. Los subsidios a empresas no productivas fueron reducidos enormemente o se eliminaron.
El Producto Doméstico Bruto de Cuba (PDB) cayó en un 34.5 por ciento desde 1990 a 1993. En comparación, el PDB de los EEUU cayó cerca de 24 por ciento durante la Gran Depresión de 1929-33, que llevó a un desplazamiento social masivo y una gran indigencia. Pero bajo el sistema socialista de Cuba, no se cerró ninguna escuela o centro de salud, y se mantuvieron los precios de alimentos a un nivel bajo. Ninguna familia fue desalojada de sus casas.
Washington no fue simplemente un observador de la crisis en Cuba. Dos actas importantes fueron aprobadas por el Congreso y convertidas en leyes, cada una con el fin de cortar los lazos entre Cuba y el resto del mundo, y aumentar aun más el sufrimiento del pueblo cubano.
En Octubre de 1992 George Bush padre, firmó la notoria Ley Torricelli (conocida como “Ley para la Democracia Cubana”), con el apoyo total del candidato rival a las elecciones presidenciales, Bill Clinton. La ley prohíbe a cualquier barco del mundo, durante su viaje, anclar en un puerto de los EEUU si contiene productos destinados a Cuba. Cualquier país o corporación sería presionada para elegir entre el comercio con Cuba o con mercados de los EEUU. También prohíbe a las subsidiarias estadounidenses en terceros países de vender productos a Cuba.
El impacto de la Ley Torricelli fue brutal: La compra por parte de Cuba de comida esencial y medicina a las subsidiarias estadounidenses fueron cortadas de $900 millones a $1.6 millones en el primer año de la existencia de dicha ley.
Sin embargo, en lugar de desplomarse, Cuba comenzó a recuperarse a través del sacrifico, el trabajo fuerte y una serie de reformas económicas.
En una década que dejó a los países subdesarrollados sumergidos en grandes deudas y subordinados políticamente, el sistema socialista de Cuba y su economía planificada les permitió utilizar sus magros recursos hacia un desarrollo estratégico.
A pesar de la escasez de comida que redujo la cantidad de calorías diarias de 2,800 a 1,600 en 1993, no hubo disturbios sobre comida ni saqueo de las tiendas. La comida disponible se distribuyó igualmente para prevenir hambre.
Lo que fue crítico en la unidad del pueblo fue el entendimiento profundo de que no había dueños de la clase capitalista viviendo muy bién, mientras que las masas pasaban hambre. Los cuadros del Partido Comunista de Cuba guiaron con su ejemplo en el sacrificio y la lucha, y mostraron la perspectiva de que lo que estaba sucediendo no era un problema de “socialismo de mercado” sino una concesión necesaria para introducir reformas de mercado para salvar la revolución.
Finalmente, los logros en las ganancias por parte del turismo y el resurgimiento de industrias como la de níquel resultaron en un crecimiento de 5.4 por ciento de producción económica desde 1995 a 1996. La recuperación continúa desde entonces.
AVANZANDO FRENTE A LA AGRESION
Pero la sobrevivencia de Cuba continúa siendo una abominación para los que gobiernan los EEUU, quienes promueven la idea de que un sufrimiento prolongado del pueblo eventualmente hará que los cubanos abracen el mismo sistema imperialista que está tratando de estrangularlos.
Después de la Ley Torricelli apareció la ley Helms-Burton, patrocinada por miembros de la extrema derecha del Senado y el Congreso y convertida en ley por el Presidente Clinton en 1996.
Cínicamente titulado “Ley Libertad y Solidaridad Cubana,” la ley Helms- Burton, al igual que la ley Torricelli fueron diseñadas para castigar a la economía de Cuba tratando de cortar el comercio de Cuba con otros países. La meta fundamental de Helms-Burton fue la de internacionalizar las sanciones, y forzar a otros países y compañías internacionales a detener sus inversiones, y sus comercio normal con la nación isleña.
Remarcablemente, la combinación del desmoronamiento de la Unión Soviética, el bloqueo de los EEUU, y las leyes estadounidenses represivas han fracasado en destruir la revolución cubana.
Los actuales índices económicos y sociales de Cuba han probado la superioridad del socialismo revolucionario: el desempleo que Cuba experimentó durante los años noventa por el choque económico ha sido reducido a 2.3%, y la mortalidad infantil en Cuba se puede comparar a la de los paises industrializados, con 6.0 muertes por cada 1,000 nacidos vivos. El internacionalismo ejemplar de Cuba se mantiene, con la nación isleña enviando 20,000 médicos a 64 países que necesitan cuidado de salud.
Pero en lugar de desalentar a los que gobiernan los EEUU, esta realidad los ha incitado a un curso aún más violento incluyendo la posibilidad de una acción militar.
La propuesta mas amenazante de la “Comisión para asistir a una Cuba libre” es su Capítulo I, Parte VIII, titulada: “Debilitar la Estrategia de Sucesión del Régimen.” Abiertamente discutidos en esta sección están los planes de preparar una intervención contrarrevolucionaria y para bloquear la sucesión en Cuba siguiendo el retiro o muerte del Presidente Fidel Castro.
El pueblo cubano ha respondido a las últimas amenazas con retos a cada nivel: desde manifestaciones masivas hasta dos cartas abiertas del Presidente Castro a Bush ante el evento de una intervención militar. Este reto heróico demanda el apoyo y la solidaridad de las personas progresistas, de todos los que se oponen a la guerra y los socialistas en los Estados Unidos y alrededor del mundo.
Workers celebrating July 26th in Las Tunas, Cuba.
Photo: Bill Hackwell
Los cinco cubanos, presos políticos en los Estados Unidos, son ejemplo del heroísmo del pueblo cubano y su determinación a vencer.
Photo: Bill Hackwell
Cien por ciento de los niños cubanos asisten a la escuela. La educación es totalmente gratis.
Photo: Bill Hackwell